El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, dejó claro este martes a Rusia que la UE no va a "cambiar derechos humanos por su gas", y que va a empezar a trabajar para "cancelar" la dependencia comunitaria de los hidrocarburos rusos.
Borrell ha proncunciado estas palabras durante el Pleno Extraordinario del Parlamento Europeo sobre la invasión rusa de Ucrania. "Cuando un potente agresor agrede sin justificación alguna a un vecino mucho más débil nadie puede invocar la resolución pacífica de los conflictos".
"No vamos a abandonar la defensa de nuestros derechos humanos y libertad porque seamos más o menos dependientes de Rusia", recalcó Borrell durante su intervención en la Eurocámara.
Y fue muy claro: "No podemos seguir confiando en que apelar al Estado de derecho y desarrollar relaciones comerciales vaya a convertir al mundo en un lugar pacífico donde todo el mundo evolucionará hacia la democracia representativa".
"Las fuerzas del mal, las fuerzas que pugnan por seguir utilizando la violencia física como una forma de resolver los conflictos, siguen vivas", alertó.
Así, aunque aseguró que "hemos hecho mucho y hemos sin duda asombrado al mundo y sorprendido a Putin con una capacidad de reacción rápida y unida", ahora "hay que seguir por este camino".
"Puede ser el momento en el que los europeos entiendan que el mundo en el que viven es un mundo peligroso y, para hacerle frente, hace falta que refuercen su unión", destacó.
El político español recordó que, cuando era presidente del Parlamento Europeo en 2007, tuvo la oportunidad de decir al presidente ruso, Vladimir Putin, tras el asesinato de la periodista Anna Politkóvskaya, "que no íbamos a cambiar derechos humanos por su gas".
"Y este es el momento de repetirlo y actuar. Y tenemos que empezar a trabajar rápido, como ha propuesto la Comisión Europea, para cancelar esa dependencia" energética, señaló.
Para Borrell, estos días se ha presenciado "el acta de nacimiento de la Europa geopolítica", al tomar la UE "consciencia de los desafíos a los que nos enfrentamos" y después de ver que, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, un país invade a otro en suelo europeo, un país además con poder nuclear.
"Me pone malo pensar en la analogía histórica que estos acontecimientos tienen con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Pero es el retorno de la tragedia a lo que se enfrenta Europa hoy (…). En vez de asustarnos, debería impulsarnos", recalcó.
Pidió que la UE sea un "poder duro" no por medios militares, sino a través de la "coerción, las represalias y el contraataque".
"Se hace como ha propuesto la CE, de manera extraordinariamente eficaz, tomando medidas como estas que parecen de papel, que no movilizan misiles pero que tienen un efecto trascendental sobre la solvencia de un país, e impiden que Rusia vaya a usar el dinero que pagamos por su gas para alimentar la guerra", dijo sobre las sanciones económicas que ya está imponiendo Europa a Moscú.
"No sacrificaremos nuestra libertad o la de otros por nuestro bienestar y nuestra prosperidad", comentó sobre el efecto colateral que pueden tener esas sanciones para la UE.
En todo caso, Borrell celebró que la UE haya decidido utilizar los fondos comunes reunidos por los Estados miembros en el Fondo Europeo para el Apoyo a la Paz (FEAP) para invertir en armas que enviar a Ucrania, y pidió a los eurodiputados que cuando voten el próximo presupuesto comunitario "pongan los medios para afrontar la siguiente crisis y la siguiente agresión rusa".