En plena guerra con Rusia, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha convertido la perspectiva de entrar en la Unión Europea en el mayor símbolo de apoyo político a su causa. El pasado 28 de febrero, ejerciendo el derecho de Ucrania a escoger su propio destino (algo que cuestiona el Kremlin), Zelenski envió a Bruselas una solicitud formal para convertirse en miembro del club comunitario. En todas las conversaciones que mantiene estos días con los líderes europeos, el presidente ucraniano les plantea su petición de una adhesión exprés como mejor forma de plantar cara a Moscú.
Una petición que ha creado una gran incomodidad en Bruselas. Por un lado, los líderes europeos se desviven por mostrar su respaldo a Ucrania y a su presidente, no sólo moral, sino también económico o militar. Por el otro, la mayoría de Estados miembros consideran que Kiev no cumple los estándares democráticos y económicos para entrar en la UE (los llamados criterios de Copenhague) y rechazan cualquier atajo en el procedimiento de adhesión. Estas tensiones han quedado al descubierto en la cumbre informal de Versalles, en la que los jefes de Estado y de Gobierno han discutido la solicitud de adhesión de Zelenski.
Al final de una larga cena sin asesores ni móviles en la sala que se ha prolongado hasta las 2:30 de la madrugada, los líderes europeos han aprobado un texto de conclusiones que en ningún momento menciona la posibilidad de conceder a Ucrania el estatus de candidato a entrar en la UE. "Fortaleceremos todavía más nuestros vínculos y profundizaremos nuestra asociación para apoyar a Ucrania en continuar su senda europea. Ucrania pertenece a nuestra familia europea", se limita a subrayar el texto.
"Estábamos divididos", ha admitido al término de la reunión el primer ministro esloveno, Janez Jansa, que apoya la solicitud de Zelenski. En un bando, una "mayoría" de países que consideran que los ucranianos "que están luchando por sus vidas" merecen "un fuerte mensaje político de que pertenecen a nuestra familia de la UE". En el otro, "aquellos que todavía están debatiendo los procedimientos".
"No existe una vía rápida para la adhesión o para ser candidato a la UE", ha señalado por su parte el primer ministro holandés, Mark Rutte, uno de los más reticentes a la candidatura de Kiev. "Debemos centrarnos en lo que podemos hacer por Volodímir Zelenski esta noche, mañana. La entrada de Ucrania en la UE es algo para el largo plazo, si es que alguna vez sucede", ha insistido.
"Excepto Alemania del Este en los tiempos de Helmut Khol, nadie ha entrado en la UE de la noche a la mañana", ha indicado el primer ministro croata, Andrej Plenkovic.
Los embajadores de los Veintisiete acordaron el pasado lunes por unanimidad pedir a Bruselas un dictamen sobre si Ucrania reúne las condiciones para entrar al club. En una nueva muestra de la aceleración radical que la invasión rusa ha provocado en proceso de toma de decisiones de la UE, este primer paso que normalmente tarda entre 6 y 9 meses se ha adoptado en apenas una semana. El Ejecutivo comunitario también podría acelerar su dictamen, que en condiciones normales cuesta entre 15 y 18 meses.
Sea cual sea el veredicto (un dictamen positivo es altamente improbable), los Estados miembros rechazarán conceder a Ucrania el estatus de país candidato a la UE, según las fuentes consultadas. El procedimiento de adhesión se detendrá por tiempo indefinido en este punto, apenas unas semanas después de iniciarse, dado que se requiere la unanimidad entre los 27. Una unanimidad que ahora mismo no existe.
Miembro de la "familia europea"
La alternativa que ofrecen los líderes europeos a Zelenski es precisamente afirmar su "pertenencia a nuestra familia europea". ¿Cuál es la traducción práctica de esta declaración? Una vez que termine la guerra, la UE está dispuesta a intensificar y profundizar su relación con Kiev más allá del Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de Libre Comercio ya en vigor. Por ejemplo, invitando regularmente al presidente a las cumbres, extendiendo Erasmus a Ucrania o permitiéndole participar en otros programas con financiación comunitaria.
"¿Podemos a día de hoy abrir un procedimiento de adhesión con un país en guerra? Yo no lo creo. ¿Debemos cerrar la puerta y decir nunca? Eso sería injusto", ha dicho el presidente francés, Emmanuel Macron, que ejerce de anfitrión en Versalles en su calidad de jefe de turno de la UE. A su juicio, la UE debe repensarse geográficamente antes de dar más pasos.
"La guerra en Ucrania es un trauma inmenso, es el regreso de lo trágico, es un drama humano, político, humanitario. Pero también es un elemento que conducirá a redefinir por completo la arquitectura de nuestra Europa. Y así, con el tiempo, tendremos que sacar todas las consecuencias", sostiene Macron. El presidente francés ha defendido tradicionalmente crear un núcleo duro con los países más integrados, rodeado de satélites exteriores más o menos próximos, un papel en el que encajaría Ucrania.
"Hablamos de Ucrania como parte de nuestra familia europea. Queremos una Ucrania libre y democrática, con la que compartimos un destino común", ha dicho la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. El Ejecutivo comunitario no ha aclarado en cuánto tiempo tendrá listo su dictamen. También debe examinar las dos candidaturas paralelas que han presentado en los últimos días Moldavia y Georgia.
"España está a favor de garantizar la perspectiva europea de Ucrania", asegura el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Al mismo tiempo, ha defendido que es necesario mantener la unidad entre los Veintisiete, así como "la propia estabilidad y la propia fortaleza de la UE".
"No estoy obsesionado con las reglas, pero tenemos los criterios de Copenhague. No debemos dar a los ucranianos la impresión de que todo sucederá de un día para otro. Debemos ser creativos y enviar una señal de que el futuro de Ucrania, sin olvidarnos de Georgia y Moldavia, está en la UE", sostiene el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel.
Endurecer las sanciones contra el Kremlin
La candidatura de Ucrania cuenta con el apoyo de la Eurocámara y también de los países del Este y Bálticos. "Pedimos a los Estados miembros de la UE que consoliden el mayor apoyo político a Ucrania y permitan a las instituciones comunitarias que den los pasos necesarios para otorgar inmediatamente a Ucrania el estatus de país candidato a la UE y abrir el proceso de negociaciones. En este momento crítico, reiteramos nuestra plena solidaridad con Ucrania y su gente", sostienen los líderes de Bulgaria, República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia en una carta conjunta enviada la semana pasada.
Estos países han pedido también durante la cumbre de Versalles endurecer todavía más las sanciones contra el Kremlin. "Debemos aislar y paralizar la economía de Putin rápidamente. Las sanciones deben ir más rápido y más lejos. Expulsar de SWIFT a todos los bancos en Rusia y Bielorrusia, detener las importaciones de energía de Rusia, para llevar a Putin a la mesa de negociaciones. Necesitamos las sanciones para ayudar a detener la guerra", ha reclamado el primer ministro de Lituania, Krisjanis Karins.
Por su parte, las primeras ministras de Finlandia, Sanna Marin, y Suecia, Magdalena Andersson, han pedido al resto de socios de la UE que incluyan en las conclusiones de la cumbre de Versalles una mención a la cláusula de defensa colectiva prevista en los Tratados de la UE. Los dos países no forman parte de la OTAN y han sido amenazados por Vladimir Putin, por lo que reclaman garantías de seguridad de sus socios europeos.
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