La última defensa natural de Ucrania: "Si los rusos llegan a Dnipro, habremos perdido la guerra"

La escena no describe a un civil que ha recibido el mando sobre los voluntarios y reservistas del ejército en uno de los ejes más importantes de un país en guerra. Tampoco el de un político cuya labor ayudó a frenar el avance de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Luhansk durante los primeros años del conflicto en el Donbás. Ni siquiera a un hombre exitoso que podría arrastrar un complejo por su llamativa reducida estatura.

El protagonista es Gennady Korban (Dnipro, 1970), empresario ucraniano que encaja en las tres descripciones previas, pero también en otras muchas más. Judío, exlíder del partido nacionalista Ukrop, consultor cercano a otro de los oligarcas más controvertidos del país, como Ihor Kolomoisky, y… acusado de malversar dinero destinado a la Fundación de Defensa Nacional.

Un militar tapa el cadáver de un compañero en un camión en la entrada de la morgue de Dnipro. F.T.

Una intriga, esta última, que le supusieron dos meses de arresto domiciliario, aunque los juicios no prosperaron por falta de pruebas. Los mentideros en Ucrania hablan de una reyerta política con el anterior presidente, pero nunca se llegó a demostrar su culpabilidad. Intrigas y problemas que desde hace 37 días han dejado de importar.

Desde que Rusia invadió Ucrania atacando por varios lugares estratégicos del territorio, las disputas internas han desaparecido. Unidad popular que se aprecia en todos los ámbitos, incluido el identitario. Ahora, según los últimos informes de inteligencia occidentales, la ofensiva podría cambiar de ubicación.

Dnipropretovsk, región clave

Dividida por el Dniéper, el cuarto río más largo de Europa, Dnipropetrovsk se ha convertido en un terreno al que los ojos miran de nuevo. Las declaraciones del subjefe del estado mayor ruso, en las que afirmaba que se centrarían en el Donbás, inquietan en la parte central y este de un país cuya última defensa natural es el kilométrico caudal de este río.

"La región es estratégica porque es la base de tres frentes: sur, norte y este", explica Korban mirando el mapa de Ucrania desde la silla de su escritorio. "Ahora mismo no cuentan con el poder suficiente para entrar, necesitarían amasar muchas tropas, pero no las tienen y tampoco son capaces de encontrar un agujero en nuestra defensa".

Sus palabras son contundentes, pero no alzan la voz ni suenan a propaganda. Si acaso interrumpen de vez en cuando la traducción para añadir algo que piensa importante. Vicegobernador de la región entre 2014 y 2015, es consciente de la relevancia de un enclave que se ha convertido en un eje logístico que abastece de material militar y sanitario a las regiones en disputa.

Su ubicación la convierte en la gran suministradora y el último muro que evitaría el avance del Kremlin por vía terrestre en todo el país. Korban va mucho más allá: "Si los rusos llegan a Dnipro, habremos perdido la guerra".

Así lucía la orilla del Dnieper al atardecer, horas antes de las numerosas explosiones reportadas. F.T.

Por el momento, a la ciudad tan solo entran los refugiados de poblaciones bombardeadas día y noche como Járkov y Mariúpol, familias que regresan en tren tras un mes en el oeste y cadáveres de soldados que atestan la morgue del hospital general de la región.

A diferencia de otras urbes, las avenidas de Dnipro no están cortadas por barricadas ni puestos militares y únicamente algunos pocos edificios cuentan con sacos de arena que protegen las paredes y ventanas.

Sin embargo, la ciudad es un objetivo que ha sido atacado en reiteradas ocasiones desde el inicio de la escalada, incluido el aeropuerto y el centro de la ciudad. Esta semana, en la que la prohibición de comprar alcohol se ha levantado en la región y que las temperaturas han ascendido, aumentando la presencia de ciudadanos en las calles, al menos se han reportado dos días de ataques.

El último este mismo sábado de madrugada, en el que las ventanas y paredes de los edificios del centro histórico han vibrado con fuerza por las explosiones. Y, a pesar de que el líder de la Defensa Territorial es optimista con el funcionamiento de la defensa aérea, 24 horas antes reconocía que los recientes eventos aumentaban "el peligro de la situación".

Vender el Donbás

Sin embargo, para Gennady Korban solo hay una estrategia posible: confiar en las defensas que han establecido a lo largo del país y no entregar ninguna parte del territorio. A sus vecinos, confiesa, les ha avisado de que deberán aguantar hasta septiembre, cuando, según él, las sanciones económicas sobre Rusia surtirán efecto.

-¿Qué ocurriría si en un hipotético caso Zelenski vendiera el Donbás para alcanzar la paz?

-No hago comentarios sobre del presidente, pero nadie lo aceptaría. Ni Donbás ni Crimea. Sal a la calle y pregunta a cualquiera en Ucrania.

Gennady Korban trabaja en diferentes lugares de la ciudad para reducir riesgos.

El precio a pagar todavía está lejos de conocerse, pese a la euforia de la última semana con los pequeños avances del ejército ucraniano. Después de las vidas humanas perdidas, llegarán las castigadas. Precisamente esas son las que podrían presionar al Ejecutivo para aceptar un acuerdo en el que parte del territorio quedara en manos de Rusia.

"Mientras recibamos ayuda humanitaria de nuestros socios occidentales, podremos resistir", asegura Korban. "Dadnos armas y dinero, y os defenderemos. Es lo que ya estamos haciendo. No sería bueno que los misiles impactaran en Madrid o Barcelona, Putin es un bárbaro".

Un mandatario que anunció la "desnazificazión" de Ucrania al comienzo de la invasión y que, más allá de la falacia, ha terminado bombardeando muchas ciudades de ciudades rusófonas como Járkov, Sumi, Dnipro, Chernigiv, Zaporiya o Mariúpol.

-¿Le encuentra alguna explicación?

-No lo sé, debe de estar enfermo. La realidad es que Putin ha hecho mucho por unir a Ucrania, lo lleva haciendo desde 2014. Los pueblos, la guerra, los niños muertos… las generaciones venideras odiarán a Rusia.