Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea han acordado este lunes redoblar su apoyo financiero y sobre todo militar al Gobierno de Kiev ante la inminente ofensiva a gran escala que prepara Vladímir Putin en la región del Donbás, en el este de Ucrania. "Lo que va a suceder en el frente este hace que estemos mucho más dispuestos a apoyar a Ucrania para que pueda acometer esta batalla", ha explicado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, al término de la reunión.
No obstante, no ha habido acuerdo entre los Veintisiete para imponer un embargo inmediato al petróleo ruso, que proporciona al Kremlin unos ingresos anuales de 80.000 millones de euros. Polonia, los bálticos o Irlanda han vuelto a reclamar incluir al petróleo en la lista de sanciones contra Moscú para cortar la financiación de la guerra, porque es mucho más fácil de sustituir que el gas. Pero Alemania, Austria y Hungría mantienen sus reservas.
La UE ya ha aprobado destinar 1.000 millones de euros del presupuesto comunitario (del Fondo Europeo para la Paz) a financiar la entrega de armas a Ucrania y en los próximos días desbloqueará una partida adicional de 500 millones. Es la primera vez en la historia que se usa dinero europeo para suministrar armamento a un país tercero. Borrell ha recordado que el apoyo total a Kiev es "muy superior" a estos 1.500 millones, porque la mayoría de Estados miembros también están entregando armas a Ucrania de forma bilateral.
"Los rusos han llevado la guerra a Ucrania de una forma innecesaria y no provocada. Es la guerra de un hombre. Es Putin el que ha desencadenado la guerra. Han fracasado en su intento de tomar Kiev. Querían hacer una guerra relámpago y han fracasado. Han sido rechazados de la capital. Yo he estado allí y he visto la ciudad sembrada de carcasas de tanques rusos", ha relatado Borrell, que visitó Kiev el pasado viernes acompañando a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
"Han debido replegarse, han sido incapaces de tomar Kiev y ahora concentran sus fuerzas en el Donbás. Me temo que Rusia va a hacer la guerra como el Ejército ruso sabe hacerla, como una apisonadora. Y creo que eso va a provocar muchas más víctimas civiles. Los ucranianos se preparan para hacer frente a esta nueva fase de la guerra y, evidentemente, nosotros vamos a ayudarles. No es ningún secreto", explica el Alto Representante.
"¿Cómo lo haremos? Desde el punto de vista militar, como no vamos a intervenir en la guerra, la única forma en que podemos ayudarles es suministrándoles los equipos necesarios para que puedan combatir. Intentaremos enviarles aquello que necesitan", asegura Borrell. El ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, ha pedido armamento pesado, en particular tanques, aviones de combate y sistemas de defensa aérea. Una solicitud que ha chocado hasta ahora con la reticencia de los europeos, que temen entrar en un choque directo con Putin.
Sin embargo, incluso la ministra de Exteriores de Alemania, la verde Annalena Baerbock, ha apoyado este lunes el envío de armas pesadas a Kiev, lo que confirma el cambio radical de la política de Berlín desde el estallido de la guerra. "Las terribles imágenes que vemos a diario dejan claro que Ucrania necesita más apoyo militar para poder defenderse", ha alegado Baerbock.
"Está claro que los ucranianos necesitan más equipo militar, especialmente armas pesadas. No es momento para hablar, es la hora de la creatividad y el pragmatismo para apoyar a Ucrania lo antes posible con equipamiento y formación", sotiene la jefa de la diplomacia alemana.
No obstante, Berlín sigue enrocado en su rechazo a imponer un embargo inmediato al petróleo ruso, tal y como ha vuelto a reclamar Zelenski y como prometieron Borrell y Von der Leyen en su visita a Kiev. Y pide antes a Bruselas un análisis de impacto. "Nosotros, como Gobierno alemán, hemos dicho que vamos a deshacernos por completo de los combustibles fósiles (de Rusia). Empezaremos con el carbón y luego el petróleo y el gas y para que eso se aplique en toda la UE necesitamos un plan definido en común", se excusa Baerbock.
"No hemos descartado nada, incluyendo sanciones al petróleo y al gas rusos, pero hoy no se ha tomado ninguna decisión", ha indicado Borrell. "Es importante diferenciar entre petróleo y gas. El año pasado, la factura por la importación de petróleo fue cuatro veces más alta que la del gas. Estamos hablando de 80.000 millones por el petróleo y 20.000 por el gas. Por eso es importante empezar por el petróleo, que supone una factura muy alta y es más fácil de sustituir", ha apuntado.
La semana pasada, la UE aprobó las primeras sanciones que afectan al sector energético ruso con un embargo al carbón. Sin embargo, el veto no empezará a aplicarse hasta agosto y supone la parte más pequeña de la factura (8.000 millones al año). "Tenemos que darnos cuenta de que si hay en Alemania un gran golpe a la industria, esto no afecta sólo a Alemania. Estoy convencido de que Alemania puede contrarrestar la situación por el tamaño de su economía, pero hay que tener en cuenta que esto afecta a toda Europa", avisa el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn.
Sin embargo, cada vez son más los Estados miembros que presionan a Berlín para que acepte un embargo al menos al petróleo ruso. "¿Qué tiene que ocurrir? Todo lo que tenía que ocurrir ya ha ocurrido. Lo único que me alegra es que la Comisión Europea ha dejado claro que ha empezado a trabajar en el sexto paquete de sanciones, con opciones para el petróleo", ha señalado el ministro de Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis.
"La UE está gastando centenares de millones de euros en importar petróleo de Rusia. Eso está ciertamente contribuyendo a financiar esta guerra y debemos cortar esta financiación de la guerra incluso aunque creará enormes desafíos y problemas para la UE, que debemos resolver juntos", argumenta el ministro de Exteriores de Irlanda, Simon Coveney.
"Hay dos cosas que tenemos que tener en cuenta. Por un lado, evitar la financiación de la guerra de Vladimir Putin con dinero y fondos europeos. Y al mismo tiempo también hay que pensar en los ciudadanos europeos y en la necesidad de no desestabilizar a ciertos países cuya estructura energética ha estado tradicionalmente muy unida a Rusia", ha señalado el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
En todo caso, el propio Borrell reconoce que ni siquiera un embargo inmediato y total al petróleo y al gas ruso (como reclama también el Parlamento Europeo) serviría para detener a corto plazo la ofensiva contra el Donbás. "Las batallas que se van a producir durante los próximos días y semanas tendrán lugar con o sin sanciones. Las sanciones tienen efecto a medio plazo. El Ejército ruso será el mismo la semana que viene y la siguiente", ha dicho.
"Por eso, hay que concentrarse en los aspectos defensivos (de Ucrania). Eso es lo primordial en este momento. No quiero decir que no haya que hacer lo otro (las sanciones). Pero no hay que hacerse ilusiones. Si cortamos el gas ruso la semana que viene, eso no significa que el Ejército ruso tendrá menos medios para combatir. De ahí que sea la ayuda a Ucrania lo que cuente en este momento", insiste el jefe de la diplomacia de la UE.
Borrell ha acusado al Kremlin de causar "escasez y hambre en el mundo" por bloquear las exportaciones y destruir las cosechas de trigo almacenado en Ucrania. Un problema que según ha dicho afectará en particular a los países de África en los próximos meses.
Aparte de discutir sobre las sanciones contra Rusia y el apoyo militar a Ucrania, los ministros de Exteriores de la UE se han reúnido este lunes con el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, Karim Khan. A él le han prometido ayuda financiera y material para investigar los crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas en Bucha y otras ciudades ucranianas y hacer que los responsables rindan cuentas.
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