El alemán Christian Brueckner, principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann, ha sido imputado por la justicia de su país a petición de la fiscalía portuguesa. De 43 años y condenado en numerosas ocasiones, incluido el abuso sexual de menores, se encuentra en prisión por tráfico de drogas.
Ocurrió en 2007. La familia McCann se encontraba de vacaciones en el Algarve cuando se perdió la pista de la pequeña. Sus padres, Kate y Gerry, cenaban en un bar a 50 metros y ella dormía. Se indagó a un vecino, a un empleado del hotel y hasta a los propios padres. Cerca de 15 años después todo apunta a Brueckner.
En el verano de 2020, investigando a este depredador sexual por el caso Madeleine, la policía alemana halló un sótano de su propiedad escondido en un jardín en la región de Hannover, pero hacía tiempo que lo había abandonado. También encontró una caravana con bañadores de niñas y 8.000 imágenes de contenido pedófilo.
"Estamos 100% seguros"
En esos meses, Brueckner fue vinculado con otro caso sin resolver, también relacionado con la desaparición de un niño, ésta en 1996 en Aljezur, a unos 40 kilómetros de Praia da Luz, la ciudad donde un año después pasarían unos días de descanso los McCann.
Brueckner vivió en la zona entre 1995 y 2007. El día de la desaparición de 'Maddie', fue vista en las inmediaciones una furgoneta blanca de cámping a su nombre. Ese vehículo ha sido la pista clave a falta de elementos que vinculen directamente al delincuente alemán con la menor británica.
En octubre de 2021, el fiscal alemán Christian Wolters anunció: "Estamos 100% seguros de que tenemos al hombre que la secuestró y la mató". Los responsables de las pesquisas no tienen el cadáver ni ADN, pero aseguran tener clara la autoría de Brueckner y descartan que Madeleine, que ya tendría 18 años, siga con vida.