Bruselas

La Unión Europea quiere obligar a Rusia a pagar gran parte de la factura de la destrucción que está provocando con su guerra contra Ucrania. El PIB ucraniano se desplomará entre un 30% y un 50% este año como consecuencia de la invasión. Kiev necesita al menos 5.000 millones de euros al mes para seguir funcionando, pagar pensiones y salarios y financiar los servicios básicos. Y el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, ha estimado en al menos 600.000 millones el coste de la reconstrucción del país una vez que haya terminado el conflicto.

Los dirigentes comunitarios descartan que Vladímir Putin vaya a contribuir de forma voluntaria a hacer frente a los gastos de reconstrucción. Por eso, Bruselas estudia nuevas vías legales para confiscar los activos de los oligarcas rusos, y sobre todo las reservas internacionales del Banco Central de Rusia, que ya han sido congeladas como parte de las sanciones contra el Kremlin. Unas reservas que ascienden a alrededor de 300.000 millones de dólares.

La idea de expropiar los activos de Rusia para financiar la reconstrucción de Ucrania fue planteada originalmente por Polonia. Pese a que se trata de una medida de gran complejidad técnica y que probablemente exigiría una reforma legislativa a escala de la UE, cada vez hay más líderes de la UE que la apoyan. El último en sumarse ha sido el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que argumenta que es un plan "lleno de lógica".

Borrell cita como precedente la iniciativa de Estados Unidos de requisar los activos del Banco Central de Afganistán para financiar compensaciones a las víctimas del terrorismo y ayuda humanitaria al país. "Tenemos el dinero en nuestros bolsillos y alguien tiene que explicarme por qué esto es buen para el dinero afgano y no para el dinero ruso", alega el jefe de la diplomacia europea en una entrevista este lunes al periódico Financial Times

"Esta es una de las cuestiones políticas más importantes sobre la mesa: ¿quién va a pagar por la reconstrucción de Ucrania", ha afirmado Borrell.

También el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, es partidario "no sólo de congelar activos, sino de hacer posible su decomiso con el fin de ponerlos a disposición de la reconstrucción del país". "Como mi profesión era abogado, admito que a nivel legal no es tan simple. Hay 27 sistemas legales distintos en la UE y en muchos Estados miembros se necesita una decisión de un tribunal (para confiscar los activos). Lleva tiempo, es un proceso difícil y largo", ha explicado en una entrevista a la agencia ucraniana de noticias.

No obstante, Michel asegura que ha dado instrucciones a sus servicios jurídicos para preparar ideas con el fin de encontrar soluciones legales que permitan expropiar los activos de las personas sancionadas por la UE o por otros países del mundo, respetando los principios del Estado de derecho. "A mi juicio, se trata de una cuestión de justicia", sostiene el presidente del Consejo Europeo. 

También los grandes grupos políticos del Parlamento Europeo abogan por utilizar las reservas internacionales del Banco Central de Rusia para financiar la reconstrucción de Ucrania. "Es legítimo que el agresor y responsable de la destrucción sea responsable de su reparación. También es justo que el agresor contribuya a financiar la defensa de Ucrania", afirman en una carta conjunta enviada a Borrell representantes del PPE, socialistas, liberales y verdes.

"La Comisión Europea debe poner sobre la mesa una propuesta legislativa urgente que establezca un marco claro que permita redesplegar la riqueza de Putin para proteger y reconstruir Ucrania. También debe liderar la coordinación con los socios internacionales para poner en marcha un fondo de reconstrucción y defensa financiado con las reservas internacionales de Rusia congeladas", señala la misiva, encabezada por el eurodiputado del PSOE Domènec Ruiz Devesa.

La entrevista de Borrell en el Financial Times ha generado una gran preocupación en Moscú. El viceministro de Exteriores de Rusia, Alexander Grushko, ha dicho que la confiscación de las reservas de Rusia supondría una "completa anarquía". "Esta medida asestaría un golpe a los propios europeos y al sistema financiero moderno, y socavaría la confianza en Europa y en Occidente en general", ha dicho Grushko a la agencia rusa Ria Novosti.

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