La cúpula militar ucraniana ha dado la orden de abandonar la defensa de la ciudad portuaria de Mariúpol, afirmó el comandante del Regimiento Azov, Denis Prokopenko.
"¡Gloria a Ucrania! 86 días de defensa de Mariúpol. El mando militar superior ha dado la orden de preservar la vida y la salud de los soldados de la guarnición y dejar de defender la ciudad", dijo el comandante en un mensaje de vídeo colgado en Telegram y recogido por las agencias Ukrinform y Unian.
Agregó que "a pesar de los intensos combates, de la defensa a ultranza y de la falta de suministros", siempre insistieron en tres condiciones importantes para el regimiento relativas a los civiles, los heridos y los muertos.
"Los civiles pudieron ser evacuados, los heridos graves recibieron la asistencia necesaria y pudieron ser evacuados y luego intercambiados y llevados a territorio controlado por Ucrania. En cuanto a los héroes muertos, el proceso continúa", precisó.
Al mismo tiempo, expresó su esperanza de que los cuerpos de los defensores muertos en la acería Azovstal sean entregados y "pronto los familiares y toda Ucrania pueda enterrar con honores a sus héroes".
La operación de rescate de los últimos defensores de la acería Azovstal continúa en Mariúpol, en el sur de Ucrania, donde ya se han entregado casi 2.000 combatientes, mientras Rusia intensifica los ataques en el Donbás, donde la situación es equiparable a "un infierno", según el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
"Las fuerzas ucranianas siguen avanzando en la liberación de la región de Járkov. Pero en el Donbás los ocupantes intentan aumentar aún más la presión. Es un infierno y no es una exageración", afirmó Zelenski en una alocución televisada.
El mandatario ucraniano se refirió en particular a los bombardeos rusos en la ciudad de Severodonetsk, el principal bastión ucraniano en la región de Lugansk, donde sólo en un día hubo una docena de muertos y decenas de heridos, según Kiev.
Zelenski advirtió de que comienza la etapa final de la guerra, que será "más dura y sangrienta".