El primer ministro italiano, Mario Draghi, desvelará este miércoles en el Parlamento si mantiene su dimisión tras la crisis en su coalición, mientras que los partidos deberán decidir si siguen apoyándolo o si optan por abocar al país a las urnas en medio de un clima de descontento económico y social.
Draghi ofrecerá un discurso en el Senado a las 9.30 y la discusión y votación de la moción de confianza llegará a última hora de la tarde, por lo que el pasaje en la Cámara de los Diputados tendrá que esperar probablemente al jueves.
La política italiana vivió este martes una especie de jornada de reflexión ante la que se avecina en el Parlamento, donde Draghi aclarará la incógnita que trae de cabeza al país en estos días: si dimite o no.
La coalición de unidad nacional que preside desde febrero de 2021 entró en crisis el pasado jueves cuando uno de sus integrantes, el Movimiento 5 Estrellas (M5S), se desmarcó del resto y decidió no votar una moción de confianza vinculada a un decreto económico.
Acto seguido, el primer ministro presentó su dimisión al jefe del Estado, Sergio Mattarella, alegando que él había aceptado gobernar con el apoyo de todos, pero el presidente la rechazó emplazándole a solucionar la crisis ante el Legislativo.
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Desde entonces, Draghi se refugió en su casa de Città della Pieve, una apacible aldea en la montañosa Umbria; luego viajó a Argelia para pedir más gas y este martes se mantuvo en su habitual mutismo, sólo roto por la conmemoración del asesinato del juez antimafia Paolo Borsellino.
No obstante trascendieron dos importantes encuentros en la capital, empezando por el que mantuvo en el palacio del Quirinale con Mattarella, para hablar sobre los nuevos acuerdos con Argel, claves en sus planes para zanjar la dependencia del gas ruso.
Pero también recibió en el Palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno, al líder del progresista Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, uno de los que más presionan para convencerlo de que siga.
Italia arropa a Draghi
Y es que el expresidente del Banco Central Europeo ha recibido en las últimas horas miles de peticiones para que no renuncie y acabe la legislatura en su término natural, marzo de 2023, habida cuenta de los enormes desafíos que el país encara.
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Las prioridades, alegan sus partidarios, son culminar el programa de reformas que desbloqueen a final de año nuevos fondos del Plan de Recuperación europeo, crear los nuevos Presupuestos y tomar medidas contra una histórica recesión, sin precedentes desde 1986.
Unos 1.600 alcaldes de todo el país y todo color político firmaron una petición en ese sentido, y el respaldo también llegó de la poderosa Iglesia, de sindicatos y patronales y de asociaciones de toda índole, desde rectores, médicos o industriales.
El economista metido a primer ministro también cuenta con el apoyo de Europa: el presidente español, Pedro Sánchez, escribió en el diario Politico que el continente "necesita líderes como él" y fue también elogiado, con disimulo, desde la Comisión Europea.
Un enfrascamiento político
Entretanto, en el plano nacional, los partidos siguen celebrando reuniones internas para consensuar una línea de cara a la rendición de cuentas.
La coalición, apoyada por todo el hemiciclo menos por los ultraderechistas Hermanos de Italia, se divide entre una izquierda proclive al diálogo con el M5S y una derecha que no quiere ni oír hablar de volver a gobernar con esa formación populista.
En el bloque conservador, Silvio Berlusconi y Matteo Salvini están dispuestos a renovar su apoyo al economista pero solo si excluye al M5S.
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De lo contrario, "están preparados" para un adelanto electoral y votar, unos Presupuestos para 2023, aunque sean provisionales. Los aliados derechistas de Draghi añadieron una pieza más a la discordia al lamentar que haya recibido a Letta y no ha ellos.
Por su parte, el Cinco Estrellas, el desencadenante de toda esta tórrida crisis en la semana más cálida del año, tras horas y horas de broncas reuniones ni siquiera ha acordado si seguirá apoyando al primer ministro o le dará el portazo definitivo.
Su líder, Giuseppe Conte, ha asegurado que "ahora la decisión no compete al M5S sino a Draghi". Es decir, si los quiere de vuelta, deberá aceptar una serie de exigencias que pusieron al decreto que provocó el cisma.
Quien no se cansa de exigir elecciones es la jefa de los Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, hasta la fecha sola en la oposición y ya lanzada por los buenos pronósticos que le dan todos lo sondeos, muchos de los cuales la sitúan como primera fuerza del país.
Pero la última palabra la tendrá Mattarella, que el pasado enero aceptó a regañadientes mantenerse al frente de la máxima institución del Estado. Si Draghi dimite, será él quien decida si da por zanjada o no la legislatura, y los pasos a seguir.