El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, ha cargado contra la "mezcla de razas" en Europa. El dirigente ultranacionalista dijo que debido al elevado número de inmigrantes, que atribuyó a la política de una supuesta "izquierda internacionalista", los países de Europa occidental ya "no son naciones".

Estas declaraciones han tenido lugar en la localidad rumana de Baile Tusnad, en un acto organizado por la minoría húngara de Rumanía. "Hay países donde se mezclan pueblos no europeos con los europeos, mientras que en Europa Central (solo quedan) los europeos. No somos de razas mixtas y tampoco queremos serlo", subrayó Orban.



Así, entre sus numerosos vaticinios, avisó de que "llegará el momento en que tendremos que acoger a los cristianos (de Europa occidental), pero eso será la tarea de nuestros hijos, tendremos que prepararlos". Además, el presidente húngaro 
volvió a acusar Bruselas y el magnate George Soros de querer "obligar" a Hungría "a recibir inmigrantes no europeos", y reiteró su dura política contra la inmigración.

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Asimismo, según informa Euronews, Orban aseguró que los húngaros no quieren ser mestizos mezclados con no europeos. También aprovechó este foro en el centro de Rumanía pensado para que los húngaros étnicos discutan sobre cuestiones políticas para situar la pugna izquierda derecha en cuestiones de género y migración.

"Hay una guerra, una crisis energética y una inflación bélica, y todo esto dibuja una pantalla ante nuestros ojos. Dibuja una pantalla entre nosotros y el género y la migración. De hecho, el futuro gira en torno a estas cuestiones. Esta es la gran batalla histórica que estamos librando: demografía, migración y género. Esto es precisamente lo que está en juego en la lucha izquierda-derecha". A pesar de que no es la primera vez que Orban hace este tipo de comentarios, estas afirmaciones fueron formuladas en términos de extrema derecha.

Viktor Orban, presidente de Hungría. EP

Como no podía ser de otra manera estos comentarios racistas en el foro celebrado en Baile Tusnad han generado mucho rechazo. Además, hay que recordar que fue precisamente en este campamento de verano donde en 2014 dijo por primera vez que quería construir una “democracia iliberal” en Hungría.

Las críticas a estas afirmaciones del presidente húngaro han venido sobre todo por parte de su oposición. Por ejemplo, Katalin Cseh, eurodiputada del partido opositor Momentum, hizo ver que estaba horrorizada por el discurso del primer ministro. “Sus declaraciones recuerdan una época que creo que a todos nos gustaría olvidar. Realmente muestran los verdaderos colores del régimen”, twitteó.

El eurodiputado rumano Alin Mituța también respondió enfadado a los comentarios de Orban. Pero estas no fueron las únicas declaraciones que hizo Orban.

El presidente húngaro también calificó de imperialista y "peligrosa" la propuesta de que las decisiones en materia de política exterior de la UE se tomen por mayoría de los Veintisiete, en lugar del consenso requerido actualmente. "La propuesta de modificar el sistema de decisiones, para poder hacer política exterior europea con mayoría simple, es muy peligrosa", explicó Orban.

Si "se quiere obligar a un país a una política exterior que éste no quiere, eso hay que llamarlo imperialismo", calificó el mandatario. Hay que tener en cuenta que, precisamente en línea con estas declaraciones, el conservador gobierno de Orban ha bloqueado varias veces decisiones del Consejo Europeo.

Un ejemplo es cuando, al adoptar el sexto paquete de sanciones contra Rusia por su invasión de Ucrania, condicionó su voto a la exclusión del patriarca ruso Kirill de los sancionados, o excepciones para su país sobre el embargo petrolero parcial adoptado entonces. Considerado el mayor aliado del presidente ruso, Vladímir Putin, en el bloque comunitario, Orban, ha criticado reiteradamente las sanciones al Kremlin como contraproducentes, si bien hasta ahora se ha adherido a ellas.

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Además, Hungría volvió a desmarcarse de sus socios europeos al enviar por sorpresa a su ministro de Exteriores a Moscú para pedir a Rusia que le venda más gas, una postura opuesta al resto de los países miembros que intenta a toda costa reducir su dependencia energética del gigante euroasiático.