Los incendios en el suroeste de Francia han obligado a las autoridades de ese país a mantener este jueves cerrados tramos de la autopista A63, que conecta con la frontera con España en Irún, durante cinco horas. La A63 estuvo cerrada en dirección a Burdeos a la altura de Saint Geours de Marmne, mientras que los camiones debían desviarse antes, en Biriatou.
Los vehículos fueron desviados a la A64 para rodear la zona afectada por los incendios, que según las autoridades han arrasado ya 6.800 hectáreas en esa zona, donde trabajan más de 1.100 bomberos para tratar de detener el avance de las llamas.
El cierre de fronteras ha provocado retenciones de hasta cinco kilómetros en Irún y grandes atascaos de camiones.
Los bomberos indicaron que el avance de las llamas se ha detenido ligeramente con respecto a la víspera. La Prefectura (delegación de Gobierno) explicó que en las próximas horas se espera la llegada de refuerzos, pero que las condiciones climáticas son "difíciles.
"La vegetación del suelo está extraordinariamente seca tras más de un mes sin lluvia. Se esperan temperaturas de 40 grados y deben seguir así hasta el sábado, junto con la sequedad del aíre, lo que genera un severo riesgo de que se avive el fuego", señaló en un comunicado.
Unas 10.000 personas han sido evacuadas en la zona por precaución, ante el riesgo de que el fuego pueda afectar zonas habitadas.
47.000 hectáreas ardidas
Esta oleada de incendios está destruyendo miles de hectáreas en Francia, en particular en el departamento de Gironda, al suroeste del país, donde 6.000 hectáreas han sido ya pasto de las llamas y 6.000 personas han tenido que ser evacuadas por uno de los fuegos más importantes que se recuerda en el país.
Tras un mes de julio en el que ardieron 47.000 hectáreas en Francia, un récord en ese mes, según el Sistema Europeo de Información sobre Fuegos, la situación volvió a complicarse en las últimas horas a causa de las condiciones climáticas.
La atención se centra en Gironda, donde el fuego parecía controlado en los últimos días pero se ha reavivado durante la madrugada y se ha extendido con enorme velocidad, alcanzando a una superficie de seis terrenos de fútbol por minuto, según la Prefectura. Las autoridades calculan que el fuego se ha reavivado en unos 40 puntos de forma simultánea, aunque por ahora no avanzan hipótesis sobre el origen de las llamas.
La violencia del incendio y la velocidad de propagación han llevado a las autoridades a evacuar a 6.000 habitantes de diferentes municipios, mientras que por ahora se calcula que 16 casas han sido ya afectadas por las llamas. Muchos de los afectados ya fueron evacuados en julio pasado por otro importante incendio que se declaró en la región y que acabó arrasando 13.000 hectáreas.
Frente a la violencia de las llamas, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció un refuerzo de los medios para combatir las llamas. A través de un mensaje en la red social Twitter aseguró que más de 1.000 bomberos, nueve aviones y dos helicópteros combatirán ese fuego.
"La prioridad es salvar vidas humanas", indicó el prefecto delegado de Gironda, Martin Guespereau, que aseguró que la jornada se presenta "muy complicada" a causa de las elevadas temperaturas, en torno a los 40 grados, y del viento.
Gabinete de crisis
El Ejecutivo, que la pasada semana abrió un gabinete de crisis para seguir las consecuencias de la sequía, incluidos los incendios, ha desplegado medios militares por todo el país para contribuir a la extinción de los fuegos.
En Meine-et-Loire, entre las localidades de Angers y Le Mans, las llamas han arrasado ya unas 1.200 hectáreas y siguen sin control, por lo que las autoridades temen que se extienda a una zona boscosa que puede dificultar su extinción y afectar a otras 700 hectáreas.
Darmanin se trasladará esta tarde al departamento de Aveyron, donde las llamás han arrasado ya unas 700 hectáreas de vegetación, una superficie "inédita" en esa zona, según la Prefectura, y donde el fuego sigue sin estar controlado, según las autoridades, que han evacuado a unos 2.000 habitantes.
Más al este, en el departamento de Drôme, unas 300 hectáreas han sido ya arrasadas por las llamas, que siguen progresando sin control y que han provocado heridas leves a tres bomberos en las labores de extinción. Durante la madrugada también se ha reavivado el incendio del macizo de la Chartreuse, en el departamento de Isère, donde casi 200 hectáreas han sido afectadas y unas 170 personas evacuadas.