Polémica en Finlandia. La filtración de un vídeo de su primera ministra, Sanna Marin, bailando en una fiesta junto a varios miembros de la jet set finlandesa se ha convertido en la comidilla del país.
De hecho, Marin ha tenido que salir al paso de quienes aseguran que iba drogada y se ha mostrado dispuesta a hacerse una prueba de detección de drogas, como ya le ha pedido un diputado.
En el vídeo, Sanna Marin aparece bailando y bebiendo con un grupo de amigos. Uno de ellos dice en voz alta "raya de harina", una expresión que muchos finlandeses vinculan con el consumo de cocaína.
"La verdad es que no tengo ni idea de por qué se dijo eso y a qué se refería", ha dicho la primera ministra, que desconoce cómo se ha filtrado el vídeo. Varios medios finlandeses apuntan a que detrás de esta filtración podrían estar hackers rusos después de que Finlandia haya decidido entrar en la OTAN.
"No he consumido drogas"
"No tengo nada que ocultar. No he consumido ninguna droga, por lo que no es un problema hacerme una prueba de drogas, pero me parece raro que se me pida algo así. No vi que nadie consumiera en ningún lado", ha explicado.
La fiesta tuvo lugar hace 15 días en dos pisos y, después, en dos bares. "Canté, abracé a mis amigos y bebí alcohol. No tengo nada que ocultar y no he hecho nada ilegal", ha continuado dejando claro que la gente de su edad, 36 años, tiene derecho a estar de fiesta.
"Tengo una vida familiar, tengo una vida laboral y tengo tiempo libre para estar con mis amigos. Más o menos lo mismo que mucha gente de mi edad", ha apuntado.
Sanna Marin aparece en el vídeo con varias personas conocidas en el país, entre ellas la artista Alma y su hermana Anna, la fotógrafa e influencer Janita Autio, la presentadora Tinni Wikström, la periodista Karoliina Tuominen, la estilista Vesa Silver y la diputada Ilmari Nurminen.
Esta no es la primera vez que Marin es foco de las críticas. Ya lo fue hace varios días después de asistir a un festival de rock. Su imagen con una chupa de cuero y un vestido de lentejuelas no gustó a sus detractores, que la acusan de dedicar más tiempo a irse de fiesta que a gobernar.