Tres aviones militares rusos aterrizaron el jueves en la base aérea de Chakalovsk, en Kaliningrado, el exclave ruso que limita con Polonia y Lituania, dos países de la OTAN. Estos datos podrían parecer irrelevantes -sobre todo si se tiene en cuenta que Moscú lleva años militarizando la zona- si no fuese porque esos cazas estaban equipados con misiles hipersónicos con capacidad nuclear.
La información la ha dado a conocer el Ministerio de Defensa de Rusia en los canales de comunicación del Kremlin. Lo ha hecho casi al mismo tiempo que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski y el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, alertaban de "consecuencias catastróficas para el mundo entero" si continúan los bombardeos en la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, controlada por las tropas rusas desde el incio de la invasión.
Según ha detallado Moscú, se trata de misiles Kinzhal (que significa "daga", en castellano), que tienen capacidad nuclear, vuelan a una velocidad diez veces superior a la velocidad del sonido -lo que les hace difíciles de interceptar por los sistemas de defensa aérea- y un alcance de cerca de 2.000 kilómetros de distancia. "Es el arma ideal", dijo Putin en 2018, según recoge Reuters.
Eso significa, entre otras cosas, que si saliesen de Kaliningrado podrían impactar holgadamente en ciudades como Berlín (a 730 kilómetros), París (1567 kilómetros) o Londres (1581 kilómetros).
Esa no parece ser la intención de Rusia. O al menos no de momento."Sólo se utilizará el arsenal nuclear en caso de emergencia", ha señalado el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú. En esta línea, ha explicado que el traslado de este armamento cuando está a punto de cumplirse el sexto mes de la guerra en Ucrania forma parte de un paquete de "medidas adicionales de disuasión estratégica" en la zona del mar Báltico. Una región donde hace apenas unos meses la OTAN realizaba maniobras militares con varios de los países miembros.
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Para cumplir su cometido, estos aviones estarán operativos y en alerta las 24 horas del día bajo el control del 6º Ejército Aéreo de la fuerza aérea rusa, así como con los sistemas antiaéreos y la Flota Báltica, de acuerdo con el comunicado.
Estos misiles tienen un alcance de 2.000 km y vuelan a una velocidad diez veces superior a la del sonido
No contento con advertir a Occidente con este despliegue militar en una zona que limita con los miembros de la Alianza y donde se calcula que Rusia tiene desplegados entre 9.000 y 200.000 soldados, el ministerio ruso ha difundido un video donde se puede ver a varios combatientes llegando a la base, pero sin los misiles, que podrían haber sido entregados por separado.
El traslado de los misiles Kinzhal (que pueden contener tanto ojivas convencionales como nucleares) se suma a los esfuerzos de Putin por mostrar la capacidad tecnológica de su ejército ante la OTAN. Y lo hace en un momento en el que las tensiones entre Rusia y Estados Unidos han aumentado.
El Kremlin lleva desde el inicio de la invasión acusando a los aliados occidentales de alimentar el conflicto con el suministro de armas a las fuerzas de Kiev. No obstante, en los últimos días, Moscú ha señalado directamente a Washington como "participante" de los bombardeos de la planta nuclear de Zaporiyia que, sostiene, "está siendo atacada con misiles estadounidenses".
En marzo las tropas rusas se jactaron de haber utilizado estos misiles hipersónicos Kinzhal en Ucrania para destrozar un almacén de material militar. Sin embargo, hoy por hoy,no hay informes o imágenes que lo confirmen.