Moscú ha respondido este sábado a los ataques y sabotajes ucranianos de los últimos días sobre la retaguardia rusa, en especial, los llevados a cabo en la región de Crimea. Los soldados de Putin han redoblado las ofensivas en todos los frentes con aviones y artillería, aunque no han conseguido avances sobre el terreno. Estas ofensivas han vuelto a encender las alarmas por una posible catástrofe nuclear.
Entre los ataques, Kiev ha informado del impacto de un misil ruso este sábado sobre una zona residencial de Voznesensk, cerca de Mykolaiv. Por el momento no hay muertos, pero ha dejado 12 civiles heridos, entre los que se encuentran cuatro niños, de entre 3 y 17 años. Una de las niñas ha perdido un ojo a causa de la metralla.
Esta ciudad está a unos 30 km de la central nuclear de Pivdennoukrainsk, la segunda más grande de Ucrania. La empresa estatal Energoatom, que gestiona los cuatro generadores de energía nuclear ucranianos, ha descrito el ataque a Voznesensk como “otro acto de terrorismo nuclear ruso”.
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“Es posible que este misil estuviera dirigido específicamente a la planta de energía nuclear de Pivdennoukrainsk, que el ejército ruso intentó recuperar a principios de marzo”, ha señalado Energoatom en un comunicado.
Asimismo, el Ministerio de Defensa de Rusia ha informado este sábado de que en la pasada jornada las fuerzas ucranianas sufrieron más de 800 bajas mortales, entre las que se encuentra "hasta una veintena de mercenarios estadounidenses". Además, en esta misma región murieron hasta 130 efectivos ucranianos en otro ataque, esta vez con armas de alta precisión.
Según el portavoz de esta cartera, en la región de Dniepropétrovsk, la aviación rusa “ha aniquilado” a un batallón de defensa territorial ucraniano al infligir más de 350 bajas, con al menos 200 de ellas mortales. En esa misma localidad y en Mykolaiv, más de 200 soldados de Zelenski murieron a causa del fuego de artillería rival.
Ofensiva ucraniana
Kiev tampoco se ha quedado de brazos cruzados este sábado y ha seguido la hoja de ruta de su nueva estrategia militar para desestabilizar a las tropas rusas en los territorios que controlan. "El personal del enemigo está desmoralizado, lo que se debe a la constante postergación de sus fechas de rotación y a que no recibe los pagos prometidos", ha indicado el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
En su último informe, el Instituto de Estudio de la Guerra de EEUU (ISW) ha apuntado que los recientes ataques ucranianos contra las infraestructuras militares y de transporte en Jersón controlada por Rusia y en Crimea "están probablemente reduciendo la confianza rusa en la seguridad de la retaguardia".
Este sábado, Ucrania ha lanzado un nuevo ataque con UAV contra la sede del Estado Mayor de la flota rusa en el Mar Negro, en Sebastopol, donde funcionarios de la península de Crimea anexada han asegurado que al menos un dron había sido derribado por las defensas aéreas. El ataque ha llegado un día después del estallido de varias explosiones cerca de bases militares controladas por Rusia en Ucrania y en la propia Rusia.
Mikhail Razvozhayev, gobernador de Sebastopol, ha publicado en Telegram que un dron ha golpeado el techo de la sede este sábado y ha confirmado que no hubo víctimas, solamente ha provocado un incendio en el tejado. “Estoy en el cuartel general de la flota ahora. Un dron golpeó el techo hace 25 minutos. No hay víctimas”, ha señalado.
Es la segunda vez en menos de un mes que se informa de un ataque aéreo contra el Estado Mayor de Flota del mar Negro. El pasado 31 de julio, cinco personas resultaron heridas después de que un dron arrojara un artefacto explosivo, lo que obligó a cancelar las celebraciones del Día de la Armada, que Rusia festeja en esa fecha.
Posible catástrofe nuclear
La ciudad de Enerhodar, donde se encuentra la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, ha sido objeto de repetidos bombardeos, y Moscú y Kiev se culpan mutuamente por los ataques. Estos acontecimientos aumentan la preocupación sobre una posible catástrofe nuclear. Un hecho que ha levantado la señal de alarma en instituciones y dirigentes internacionales.
La ONU, a través de su secretario general, Antonio Guterres, ya advirtió el pasado jueves sobre el riesgo de estos combates en la zona. Un mensaje al que se ha unido el líder turco, Tayyip Erdogan. El pasado viernes, el máximo dirigente francés, Emmanuel Macron, mantuvo una reunión con Vladímir Putin para que permita la entrada de inspectores independientes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para analizar el impacto de los ataques. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, también ha instado a la ONU a asegurar la zona cercana a la planta de Zaporiyia.