La primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, ha anunciado este jueves una masiva intervención pública para congelar las facturas energéticas durante dos años. También el fin de la prohibición del fracking y una apuesta por la energía nuclear con el objetivo de que en 2050 el 25% del suministro en Reino Unido provenga de este fuente.
Las facturas anuales de energía se congelarán a partir del 1 de octubre en 2.500 libras -2.875 euros- al año para el hogar promedio tanto este invierno como el próximo. Con esta medida, los hogares de Reino Unido ahorrarán una media de 1.000 libras anuales. Truss ha anunciado, además, que se mantiene la ayuda de 400 libras para hacer frente a estas facturas y que las empresas también se beneficiarán de este plan energético.
Truss, que ha hecho este anuncio en el Parlamento británico, ha señalado que con la intervención de los precios de la factura de la energía "la inflación bajará cinco puntos".
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Fin a la prohibición del 'fracking'
Este plan energético de Liz Truss incluye también poner fin a la prohibición del fracking -prohibido en 2019- para afrontar esta crisis con la concesión de "más de 100" licencias de explotación de gas y petróleo en el Mar del Norte para impulsar la producción nacional.
En este sentido, Truss ha avanzado que esta medida, el fracking, "sólo tendrá lugar donde haya apoyo para ello". Los laboristas han mostrado su oposición frontal y total a esta medida. De hecho, su líder, Keir Starmer, ha afirmado que "la carrera por el fracking y por el gas del Mar del Norte no reducirá las facturas ni fortalecerá la seguridad energética".
Según informa Reuters, la concesión de licencias de explotación no ofrecerá ningún alivio a corto plazo para las facturas energéticas, ya que normalmente se necesitan entre cinco y 10 años desde la exploración inicial hasta que se produce gas y petróleo.
'Great British nuclear'
Otro de los pilares clave del plan energético de Truss es el relanzamiento de la energía nuclear para que el 25% del suministro de energía del país provenga de esta fuente en 2050.
Para ello, Truss ha anunciado que a finales de este mes el Gobierno lanzará la campaña Great British nuclear-Gran nuclear británica- para informar de que "el suministro seguro de energía es vital para el crecimiento y la prosperidad, pero se ha ignorado durante demasiado tiempo".
"Esto nos ayudará a construir un Reino Unido más fuerte y resistente", ha añadido la primera ministra.
Energías renovables
Truss también ha anunciado la creación de un grupo de trabajo para abordar la cuestión de las energías limpias en Reino Unido.
Sobre la mesa está, ha confirmado, la aceleración de nuevas energías limpias eólicas y solares de forma paralela al fomento de la energía nuclear.
"No hay opciones gratuitas"
El plan de Truss para contener el alza de los precios de la energía en la factura de los británicos podría estar valorado en unos 150.000 millones de libras (172.000 millones de euros), que se financiarán con cargo a la deuda pública, en lugar de incrementar impuestos, en línea con las prioridades que Liz Truss ha defendido durante la campaña de las primarias conservadoras.
Truss ha confirmado en su comparecencia en el Parlamento británico que no se conocerá el coste de este plan energético hasta finales de septiembre con el visto bueno del Tesoro.
"Nos enfrentamos a una crisis energética global y no hay opciones gratuitas. Habrá un coste para esta intervención de las facturas", ha dicho Truss, ante la ovación de los conservadores.
No impuesto a los beneficios
Truss ha vuelto a dejar claro, como ya hizo ayer en su primer discurso como nueva primera ministra de Reino Unido, que mantiene su medida estrella, la reducción de impuestos.
Así, se ha mostrado en contra de imponer un impuesto sobre las ganancias extraordinarias a las empresas energéticas para ayudar a enfrentar el aumento de los precios de la energía en toda Europa.
"No vamos a ceder ante el líder de la oposición que quiere de que todo esto se financie con un impuesto sobre las ganancias extraordinarias", ha afirmado Truss, que ha señalado que una medida de esta índole "socavaría el interés nacional".