Ucrania llevaba días mostrando su preocupación pese a la liberación de decenas de localidades en la región de Járkov: temía hallazgos como en Bucha, Irpín o Borodyanka, que tras la marcha de las tropas de Rusia quedaran devastación y cadáveres. Este viernes ha encontrado una fosa con 440 cuerpos en Izium, ha anunciado el Ministerio de Defensa a primera hora. Más tarde, a las afueras, unas cruces daban la pista de otra.
Ha sido a mediodía cuando han trascendido los detalles de la segunda fosa, marcada con alrededor de 200 cruces de madera. Hombres ataviados con un mono blanco han comenzado a exhumar los cuerpos.
Miles de soldados rusos huyeron el pasado fin de semana de esta ciudad, que pocas horas después visitaba el presidente Volodímir Zelenski, que guardó silencio por los caídos, felicitó a los responsables de la reconquista e izó la bandera nacional. El propio Zelenski ha reaccionado a la noticia en su último mensaje diario a la nación: "Queremos que el mundo sepa lo que realmente está sucediendo y a qué ha conducido la ocupación. (...) El mundo debe responsabilizar a Rusia por esta guerra".
Zelenski ha añadido que en las próximas horas "debería haber más información clara y verificada". La investigación se centra en la identidad de las personas encontradas en la fosa y en la causa de la muerte de todas y cada una de ellas. En algunos de los pueblos en manos del invasor hay cadáveres de civiles con balazos en la nuca y signos de tortura.
La ONU, en camino
La misión de Derechos Humanos deplegada por la ONU en Ucrania viaja ya a Izium para verificar las informaciones. Estos observadores realizaron una labor similar en Bucha en abril.
Mientras, la contraofensiva continúa. Según funcionarios ucranianos a la agencia Reuters, los rusos están fortaleciéndose y el ritmo de avance se complica. Hasta la fecha, concretan, se han recuperado 9.000 kilómetros cuadrados de territorio, el tamaño por ejemplo de Chipre. La ministra de Defensa, Hanna Malyar, ha concretado que Ucrania ha vuelto a hacer suyas 388 localidades que acogen a 150.000 personas. Todo desde el 6 de septiembre, en apenas diez días.
Estos progresos han rearmado la moral del pueblo atacado y mermado la del atacante, que por primera vez señala a Vladímir Putin.
Ahora, las autoridades ucranianas desarrollan tareas de "estabilización" de los territorios recuperados en Járkov, que incluyen la detención de "traidores" y "colaboradores" prorrusos. Kiev ha empezado a "procesar concienzudamente información sobre personas que durante la ocupación temporal cooperaron con los agresores". El castigo previsto para éstas, establece el Código Penal, es de hasta diez años de cárcel.