El 24 de febrero de 2022 Vladímir Putin se dirigió a la nación rusa para anunciar el inicio de una "operación especial" en Ucrania. Este martes varios canales afines al Kremlin anunciaron que el presidente ruso iba a volver a enviar un mensaje a sus ciudadanos por primera vez desde que empezó la guerra hace siete meses.
En esta ocasión, para, previsiblemente, aprobar la celebración de referendos de anexión a Rusia en cuatro territorios ucranianos ocupados: Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón. También para hacer un llamamiento a la "movilización" general de la población que le permitiría enviar a ciudadanos rusos al frente.
Y se esperaba porque, por la tarde, la Duma (la cámara baja del Parlamento ruso) introdujo los conceptos de "movilización" y "ley marcial" en el Código Penal de la Federación Rusa. En un procedimiento exprés aprobó también un proyecto de ley que endurece los castigos por una serie de delitos como la deserción, el daño a la propiedad militar y la insubordinación si se cometen durante la movilización militar o situaciones de combate.
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Sin embargo, no hubo discurso. "Se ha aplazado al miércoles", anunció el politólogo y exasesor de Putin Sergei Markov en su canal de Telegram. "Idos a dormir", señaló en la misma red la editora jefa de RT, Margarita Simonyan.
El discurso iba a coincidir con la primera jornada de la sesión anual de la Asamblea de la ONU, que reunirá a los principales jefes de Estado y de Gobierno (menos a Putin) en Nueva York hasta el lunes 26 de septiembre. Una cumbre que los líderes internacionales han aprovechado para condenar los planes de Rusia de llevar a cabo de "manera urgente" referendos de anexión de regiones ucranianas.
"Una parodia"
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que trata de mediador entre Moscú y Kiev para poner fin a la guerra, pidió a Rusia que devolviese los territorios invadidos, incluida la península de Crimea, anexionada ilegalmente por el Kremlin en 2014. Unas declaraciones hechas a la cadena estadounidense PBS que muestran cómo Putin está cada vez más aislado internacionalmente, incluso de un aliado como es su homólogo turco.
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El presidente francés, Emmanuel Macron, fue uno de los primeros en asegurar frenbte a los mandatarios de la ONU, que las consultas "ni serán reconocidas por la comunidad ni tendrán ninguna consecuencia en el plano jurídico". Son, a su juicio, "una provocación", "una muestra de cinismo" y una "parodia" que no tienen ninguna implicación legal.
También Estados Unidos criticó estos plebiscitos que, según el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, no son más que un intento del Kremlin de "garantizar la seguridad de sus territorios" en un momento de debilidad en el campo de batalla.
Y lo cierto es que el éxito de la contraofensiva ucraniana en la región de Járkov ha hecho perder a Rusia, en tiempo récord, más de 8.000 kilómetros cuadrados ocupados en la zona nororiental del país.
Además, las tropas ucranianas no se han detenido, sino que siguen avanzando en el este. Tras haber cruzado el río Oskil a la altura de la ciudad de Kupiansk el fin de semana, los soldados de Kiev se encuentran ya a las puertas del Donbás (formado por los óblast de Lugansk y Donetsk) y a aproximadamente 40 kilómetros de la frontera con Rusia.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el canciller alemán, Olaf Scholz, también han tachado de "inaceptables" los referendos "ficticios" de adhesión a Rusia. Asimismo, la líder europea ha defendido que "nunca se reconocerá el intento de Rusia de legitimar su ocupación brutal de los territorios ucranianos", según recoge la agencia Reuters.
Unas declaraciones similares a las del alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, que en un comunicado ha aclarado que considera "ilegales" las consultas y que sus resultados serán "nulos y sin efecto".