Hace 14 años, una columna de tanques y vehículos blindados rusos cruzaba las montañas del Cáucaso bloqueando la frontera con Georgia. Rusia iba camino de invadir el país vecino con la excusa de asegurar los enclaves prorrusos de Osetia del Sur y Abjasia.
Hoy la imagen se repite. Pero en vez de soldados son ciudadanos los que tratan, a pie o en coche, llegar a Georgia. Quiere esquivar como sea la "movilización parcial militar" que les obliga a ir a la guerra en Ucrania.
El Kremlin trata de contener la huida y ha abierto un centro de movilización en el paso fronterizo de Verjni Lars, en Osetia del Norte, el único entre ese país y Georgia, y ha comenzado a entregar citaciones a los hombres que figuran en una lista para ser enviados a combatir en Ucrania, ha informado la agencia TASS.
Desde que Vladímir Putin anunció el pasado miércoles el llamiento a filas de 300.000 reservistas, miles de hombres en edad militar han intentado abandonar el país. Ese mismo día se agotaron todos los vuelos para salir de Rusia y las carreteras que comunican con Finlandia comenzaron a colapsarse.
Sin embargo, el éxodo se ha acelerado en los últimos días por miedo a que el Kremlin cierre sus fronteras tras el recuento de votos de los referendos ilegales celebrados en cuatro regiones ucranianas ocupadas.
Actualmente, son ya 10.000 los ciudadanos rusos que entran a diario en Georgia por el paso de Verjni Lars, según el ministro de Interior georgiano, Vajtang Gomelauri. "Esto supone entre un 40 ó 45 % más que hace una semana", ha señalado.
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Los datos que manejan otros países limítrofes son similares. En Kazajistán, el presidente del Comité del Servicio Migratorio, ha cifrado en 98.000 los rusos que han llegado al país desde el miércoles pasado, aunque 64.000 se habían ido. Y es que sólo pueden permanecer en el país hasta 90 días sin visa.
En total, se calcula que261.000 hombres han abandonado Rusia desde que se declaró la movilización, según explica el periódico independiente ruso Nóvaya Gazeta Europe citando a una fuente del Kremlin.
"La frontera es la muerte"
Nikita es uno de esos jóvenes rusos que podría recibir una citación para incorporarse a filas. Sin embargo, según explica en una entrevista a Reuters, decidió conducir hasta el paso fronterizo de Kazajistán, donde había cerca de 500 coches parados en el puesto del control.
"La frontera es como la muerte. En cinco horas sólo dejaron pasar a 50 personas", señala Nikita a la agencia de noticias. La historia se repite a la entrada de Finlandia y en Mongolia, donde quienes no tienen vehículo duermen sobre el asfalto "en camas improvisadas con ropa" esperando a acceder al territorio.
"En cinco horas sólo dejaron cruzar la frontera a 50 personas"
Lo cierto es que las vías de salida tradicionales, como los trenes, los autobuses o los aviones, no han dejado de funcionar en ningún momento. Sin embargo, los billetes están totalmente agotados a pesar de que los precios se disparasen tras el anuncio de Putin.
Billetes por 28.000 euros
Ante esta situación desesperada muchos rusos han tomado medidas desesperadas. Al menos, aquellos que se lo pueden permitir. Y es que la demanda de asientos en aviones privados se ha disparado en Moscú con destino a Armenia, Turquía y Azerbaiyán, que permiten la entrada sin visado.
Según recoge The Guardian, estos pasajeros estarían pagando entre 22.000 y 28.000 euros por un asiento en un jet privado. Asimismo, alquilar un avión privado de ocho plazas, alcanzaría un precio de entre 89.000 euros y 156.000 euros. Esto es un precio desorbitado en comparación con hace unas semanas.
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"La situación está loca ahora mismo", destaca Yevgeny Bikov, director de una compañía de aviones, Your Charter. "Recibíamos unas 50 solicitudes al día, ahora ronda los 5.000", señala al rotativo británico.
A pesar de la huida masiva, el Ministerio de Defensa de Rusia ha declarado este martes que no planea pedir a otros países la extradición de ciudadanos. Estos, no obstante, se encuentran con la difícil situación de acoger y garantizar la seguridad de los que llegan.