Escocia ha lanzado un nuevo desafío a Reino Unido y ha puesto en tela de juicio su unidad nacional en un momento de cambios con la llegada de Liz Truss a Downing Street y Carlos III al trono.
La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, mostró su confianza el pasado domingo acerca de un segundo referéndum sobre la independencia de Escocia para que pueda celebrarse el 19 de octubre de 2023.
El Tribunal Supremo de Reino Unidocomenzará este martes a escuchar los argumentos para validar el referéndum de secesión sin la aprobación de la primera ministra británica Liz Truss y su gobierno.
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Esta votación sería la segunda en menos de una década. En 2014, los escoceses rechazaron la independencia por un 55%-45%. Este plebiscito fue aprobado previamente por el gobierno de David Cameron.
Sin embargo, el Partido Nacional Escocés (SNP) ha argumentado que el voto a favor de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea cambió las reglas del juego.
Optimismo de Sturgeon
"Sí, confío en que pueda ocurrir", señaló la líder escocesa en una entrevista reciente a la BBC al ser preguntado por si una posible consulta para separarse de Reino Unido. "Vamos a esperar a ver qué dice el tribunal. Estoy segura de que Escocia va a ser independiente", añadió.
“No tiene sentido especular sobre el resultado del proceso judicial, pero si es favorable, lo tenemos todo listo para legislar”, aseguró.
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Sturgeon ha prometido que una derrota en el Tribunal Supremo llevará al SNP a presentarse a las próximas elecciones de Reino Unido (previstas para 2024) como una única plataforma con el fin de buscar la independencia de Esocia. De esta manera, convertiría estos comicios en un referéndum "de facto".
No obstante, la primera ministra confesó que este sería un último recurso. "Esa no es mi preferencia", aseguró el pasado domingo en la conferencia nacional de su partido celebrada en Aberdeen.
"Si la vía por la que sería correcto considerar y decidir esta cuestión, que es un referéndum constitucional legal, está bloqueada... la elección es sencilla, presentamos nuestro proyecto a la gente en unas elecciones (generales) o renunciamos a la democracia escocesa", aseveró Sturgeon.
La líder del SNP también instó al Ejecutivo de Liz Truss a aceptar su petición de celebrar el plebiscito. Además, Sturgeon opinó que la primera minista lo haría sin dudar “si estuviera convencida de su posición” acerca de que la mayoría de los escoceses prefiere permanecer en el Reino Unido.
Presión para Truss
Varios ministros del gobierno pidieron el domingo a los diputados conservadores unirse en torno a Liz Truss después del congreso anual del SNP en el que expusieron numerosos desacuerdos y divisiones con el ejecutivo británico.
La ministra del Interior, Suella Braverman; el de Medioambiente, Ranil Jayawardena; el responsable de Igualdad, Nadhim Zahawi; y la líder en la Cámara de los Comunes, Penny Mordaunt, han publicado varios artículos acerca de esta situación para defender la soberanía del país.
Esta reacción de algunos ministros llega con un Gobierno conservador en caída libre, Sturgeon teme que esta sea su última oportunidad antes de que llegue un nuevo sustituto a Downing Street que pondría más difícil la vía independentista. El Partido Laborista ha recuperado de hecho gran parte del terreno perdido en Escocia y ya está en el 30% en las encuestas, frente al 45% del SNP.
Sturgeon sigue teniendo una buena reputación entre la mayoría de los escoceses desde su llegada al poder en el 2014, como sucesora de Alex Salmond. Aunque su valoración se deterioró por un escándalo de supuesto acoso sexual en su gobierno.
Su reputación se ha resentido otra vez en los últimos días por la polémica de la ley de identidad género. Incluso, la escritora JK Rowling publicó en redes sociales una foto de ella misma con una camiseta donde se leía: "Nicola Sturgeon, destructora de los derechos de las mujeres".