Hacía nueve años que el ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, no ocupaba una de las sillas del Palazzo Madama, sede del Senado. En 2013 fue inhabilitado por una condena de fraude fiscal. Este jueves, sin embargo, Il Cavaliere, de 86 años, ha recuperado su sitio para asistir a la primera sesión de la nueva legislatura en la que se han constituido las cámaras italianas después de que las pasadas elecciones otorgasen la victoria a la coalición de derechas liderada por Giorgia Meloni.
Lejos de pasar desapercibido, el líder del partido conservador Forza Italia ha mostrado su malestar por cómo están yendo las negociaciones con sus socios de derechas para formar Gobierno. Y es que, al parecer, Meloni, que preside Hermanos de Italia, prevé dejar la presidencia de la Cámara de los Diputados a la Liga de Matteo Salvini -que logró el 8,9% de los votos- y no a la formación de Berlusconi, que obtuvo el 8,6%.
Eso ha enfurecido al magnate, que ha obligado a los miembros de su partido a abstenerse en la votación para escoger como presidente del Senado al candidato y cofundador de Hermanos de Italia, Ignazio La Russa. Una postura que muestra el malestar que existe entre los aliados de la coalición, pero que no ha impedido que La Russa haya alcanzado 116 de los 104 votos que necesitaba.
Durante la sesión también se ha visto a Berlusconi hablando con La Russa. Y, tras unos minutos, el exmandatario parece haber concluido la conversación con un "vaffanculo" ("a tomar por c***").
Después de la votación, Berlusconi ha escrito un mensaje en su cuenta de Twitter en la que dice estar "complacido" por la elección de Ignazio La Russa como presidente del Senado de la República. "No sólo nunca he tenido ningún enfrentamiento con él, sino que estamos colaborando lealmente y en total acuerdo para darle a nuestro país una institucionalidad estable y un gobierno fuerte y cohesionado", continuó.
No obstante, las tensiones siguen latentes en el nuevo Gobierno de coalición, ya que Berlusconi, que tiene varios casos judiciales pendientes, ha pedido para su partido la cartera de Justicia y el ministerio que gestiona telecomunicaciones. Unas peticiones que parece que no acaban de convencer al resto de socios.