Un grupo de ecologistas ha arrojado sopa de tomate sobre el cuadro de Los girasoles de Vicent Van Gogh en la National Gallery de Londres. El cuadro estaba protegido por un cristal.
Según el movimiento ecologista Just Stop Oil con este acto exigen el cese inmediato de cualquier nuevo proyecto petrolero o gasístico, después de que la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, haya levantado el veto al fracking. Las dos activistas que han arrojado la sopa de tomate han sido detenidas "por daños y violación de la propiedad".
Esta acción se produce tres meses después de que miembros del mismo grupo pegaran papel sobre El carro de heno, de John Constable, también en la National Gallery.
Cambio climático, precios, 'fracking'...
"¿Vale más el arte que la vida? ¿Más que comida? ¿Más que justicia? ¿Estáis más preocupados por la protección de una pintura que por la del planeta?", pregunta este grupo ecologista en redes sociales. Denuncian que "la crisis del coste de la vida y de la crisis climática están impulsadas por el petróleo y el gas".
La protesta no sólo se dirige contra del fracking, también contra los elevados precios de los productos básicos así en defensa de una energía verde que revierta el resultado del cambio climático.
"Gracias a la vertiginosa subida de los precios de la gasolina, millones de familias británicas no podrán permitirse calentar una lata de sopa este invierno. Sólo la resistencia civil puede sacarnos de esta crisis: es hora de dar un paso al frente y defender lo que es correcto", escribe Just Stop Oil en redes sociales.
En esas mismas redes, este movimiento hace un llamamiento a manifestarse cada día a las 11:00 horas frente a Westminster.
Just Stop Oil lleva dos semanas de movilizaciones, con protestas en torno al Parlamento britanico y en otros puntos clave de Londres. El pasado fin de semana, más de un centenar de personas fueron detenidas en el marco de las movilizaciones promovidas por organizaciones ecologistas.
Manos en un cuadro de Picasso
Esta acción se produce unos días después de que dos activistas contra el cambio climático pegaran su mano en el cuadro Masacre en Corea de Pablo Picasso expuesto en un museo de Melbourne, en el sureste de Australia, con la intención de llamar la atención sobre la crisis climática. El cuadro no sufrió daños por estar protegido con un fino cristal.
Durante el acto de protesta, los activistas, de 59 y 49 años, desplegaron a sus pies una pancarta que decía: "Caos climático = guerra + hambruna".
"El colapso climático significará un aumento de los conflictos en todo el mundo. ¡Ahora es el momento de que todos y todas las instituciones se pongan de pie para actuar!", dijo el grupo ecologista Extinction Rebellion, del que forman parte estos activistas, en su perfil de Facebook.