El asesinato de la niña de 12 años Lola Daviet en París es una pesadilla de mayores proporciones a medida que se van conociendo los detalles. La mató este viernes Dahbia B., de 24. El cadáver fue hallado en el interior de un baúl. Lola tenía una profunda herida en la garganta y el cuerpo marcado con un cuchillo con inscripciones. En sus pies, un 0 y un 1. Dahbia se encuentra en prisión.
Así lo decidió el juez tras tomarle declaración. La acusada relató con frialdad la tortura a la que sometió a la víctima antes de acabar con su vida, en parte irreproducible, y más tarde se retractó asegurando que se trataba de un sueño.
"La agarré del pelo, le metí la cabeza entre las piernas (...), tuve un orgasmo". Antes de desdecirse, Dahbia detalló una violación, o contó que escuchó música y bebió café antes de apuñalar a la pequeña. También, que bebió su sangre en una botella, pero los investigadores no han logrado encontrar el objeto o la prueba de que esto sea así.
"Ni frío, ni calor"
Ante una fotografia del cadáver, Dahbia se limitó a decir "ni calor ni frío, yo también fui violada y vi morir a mis padres". Las pesquisas apuntan a que el móvil es la venganza contra la madre de Lola, cuidadora del edificio, por haberle impedido el acceso.
Los padres de Lola acuedieron a una comisaría el viernes cuando su hija, pasadas las 15:30, no había regresado de clase. Pero la cámara del edificio reveló más tarde que sí, que en torno a las 15:00 había entrado. También lo había hecho una joven morena con pelo recogido, chaqueta gris y vaqueros a la que transeúntes vieron más tarde por la calle alterada y cargando con dificultad un baúl.
Los investigadores tampoco descartan que fuera un crimen gratuito dado el perfil de la asesina, que genera dudas: los primeros exámenes apuntan a que su estado es compatible con la custodia policial, sin peligro psicológico. Su hermana ha testificado y ha asegurado que solo recuerda despertares nocturnos en los que Dahbia expresaba incoherencias.
La autopsia
Fue un sintecho quien en torno a las 23:00 horas de ese angustioso viernes halló el baúl. En su interior, el cuerpo de Lola. La primera declaración de Dahbia, nada más ser detenida -en un suburbio de París la madrugada del sábado-, no sirvió. Estaba muy alterada, cuenta la prensa francesa, y se movía entre el reconocimiento de los hechos y todo lo contrario, asegurar desconocer todo lo que se le refería.
La autopsia realizada el sábado determinó que Lola murió por "insuficiencia cardiorrespiratoria con asfixia y signo de compresión cervical", según la fiscalía de París. El examen revela "múltiples lesiones" pero no "lesión traumática de la esfera sexual".
Este domingo, frente al 119 de rue Manin, donde vivía Lola, decenas de anónimos dejaron ramos de flores. Hay intranquilidad en el barrio y entre los padres ante la posibilidad de que no se trate de un hecho aislado. No lejos de allí, este sábado por la tarde desapareció también una niña de 11 años. A las pocas horas fue encontrada en perfecto estado. Había escapado de sus padres.