La ministra británica de Interior, Suella Braverman, dimitió este miércoles tras haber asumido el cargo hace un mes y medio, con la llegada al poder de la primera ministra conservadora, Liz Truss, informa este miércoles la BBC.
Braverman ha publicado un mensaje en Twitter con su carta de renuncia y en ella, además de admitir un error por haber enviado un correo personal desde el servidor oficial del gabinete del Gobierno, dedica una serie de reproches a Truss por no actuar de la forma correcta ni pensando en el bienestar de los ciudadanos británicos.
En la carta explica que ha dado un paso atrás tras haber cometido "un error" y haber "infringido las normas" ministeriales.
"Este miércoles envié un documento oficial desde mi cuenta personal a un colega parlamentario en el que confío" con el objetivo de "recabar apoyos para una medida del Gobierno sobre inmigración", relató Braverman.
La hasta ahora ministra admitió que esa acción iba contra las reglas: "Lo correcto es que me vaya", recalcó.
"El acto de gobernar tiene que llevarse a cabo por parte de personas que aceptan la responsabilidad por sus errores. Pretender que no ha habido equivocaciones, seguir adelante como si nadie hubiera visto que las hemos cometido y esperar que las cosas se arreglen por arte de magia no es serio en política", agregó Braverman.
La renuncia se produce entre crecientes presiones dentro del Partido Conservador para que Truss abandone Downing Street, ante la tormenta financiera y el desplome en las encuestas que provocó su masivo recorte de impuestos, que se vio forzada a retirar.
Los diarios The Sun y The Guardian informaban esta tarde de que Braverman ha sido despedida, pero la BBC no ha podido confirmar esa información y sostiene que, en realidad, la ministra de Interior británica ha presentado su dimisión. Tal y como se ha confirmado más tarde, al conocerse la carta de renuncia.
Nada más llegar al cargo, el pasado mes de septiembre, Liz Truss eligió a Braverman para que formara parte de su nuevo Ejecutivo. Y asumió el cargo de ministra del Interior después de haber servido como Fiscal General durante el Gobierno de Boris Johnson.
Los movimientos en el gabinete se producen después de que un sexto diputado 'tory' pidiera este miércoles públicamente en el Parlamento la dimisión de la primera ministra. El conservador William Wragg ha dicho ante la Cámara de los Comunes que se siente "avergonzado por no poder mirar a la cara a los votantes" tras el caos económico desatado por las medias de Truss, según informa Efe.
Una encuesta publicada esta tarde por la firma Savanta ComRes sitúa al Partido Laborista con una ventaja de 30 puntos porcentuales respecto a los conservadores (52% laboristas frente a un 22% los 'tories').
Nuevo ministro
Tras la dimisión de Braverman, Liz Truss, ha designado como titular de Interior a Grant Shapps, que ocupó la cartera de Transporte durante el anterior Gobierno de Boris Johnson.
Shapps, que respaldó en las primarias conservadoras a Rishi Sunak, fue uno de los 'tories' más críticos con el recorte de impuestos que la primera ministra se vio obligada a retirar ante las turbulencias financieras que provocó en los mercados.
"Obviamente, estamos en un momento turbulento para el Gobierno, pero lo más importante es que la gente en este país tenga seguridad y por eso es un gran honor para mí haber sido designado ministro de Interior", declaró Shapps a los medios.
La jefa del Ejecutivo, que lucha por mantenerse en el cargo pese a haberse desplomado en las encuestas y afrontar presiones internas para abandonar Downing Street, expresó en una carta pública su aceptación de la renuncia de Braverman.
"Es importante que el código ministerial y la confidencialidad del gabinete (de Gobierno) se respete", afirmó la primera ministra.
"Estoy agradecida por su servicio como ministra de Interior. Su tiempo en el cargo (un mes y medio) ha estado marcado por su firme compromiso por mantener la seguridad de los británicos", agregó.
En apenas mes y medio como primera ministra Truss ha destituido al ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, y ha dado marcha atrás en la mayoría de sus planes fiscales, que llevaron al Banco de Inglaterra a iniciar una compra de emergencia de bonos soberanos ante un "riesgo material para la estabilidad financiera del Reino Unido".