Rusia acusa y Ucrania responde. A las palabras de Sergei Shoigu, ministro de Defensa ruso, que aseguró este domingo que Kiev tenía la intención de hacer uso de una “bomba sucia”, ha seguido la réplica del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, para desmentirlo. "Si alguien puede utilizar armas nucleares en esta parte de Europa, sólo puede ser una fuente, y esa fuente es la que ha ordenado al camarada Shoigu que llame por teléfono aquí o allí”, concluyó en un breve comentario.
La intervención de Zelenski, que aguardó hasta última hora de la tarde para pronunciarse al respecto, evidencia la posición de Ucrania ante esta situación: Rusia busca un contexto con el que poder actuar con una mayor contundencia sobre una línea de frente que, cada día que pasa, retrocede en dirección a Moscú.
La explicación brindada por parte de Shoigu es la opuesta. Para el Kremlin, según ha confirmado la agencia de noticias RIA Nóvosti, Kiev está preparando una “provocación” con una bomba sucia en su propio territorio para culpar a Rusia de ello y buscar, a la postre, la reacción de Occidente con una “dura respuesta”.
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Discusiones a un lado, la amenaza de un ataque nuclear lleva tiempo sobrevolando la guerra. Putin aseguró, antes incluso de que las regiones ocupadas fueran anexionadas mediante referendos, que defendería sus fronteras a toda costa, aunque de ello dependiera el uso de armas atómicas.
La campaña en el frente no marcha tal y como preveía el Kremlin. De hecho, en ninguna de las zonas calientes ha conseguido un holgado control desde que comenzase la invasión. Prueba de ello es que la acción partisana de Ucrania sobre territorio ocupado no ha ido a menos, como parecía que fuera a suceder, sino que se ha recrudecido en las últimas semanas.
Esta ansiedad por no lograr contener la situación, ni siquiera con la llegada de los primeros voluntarios, es la que preocupa a Kiev y, de facto, a occidente. Ucrania avanza y ciudades como Jersón, reclamadas por Putin, están próximas a la rendición. Queda, por tanto, en manos del máximo mandatario de Moscú, cumplir o no su amenaza de defender con "toda su fuerza" un territorio que reclama como propio.
Rusia es, amén de los datos que se poseen en la actualidad, el país que cuenta con el mayor arsenal nuclear en todo el mundo. En tiempos de la extinta Unión Soviética, Ucrania fue uno de los silos de ojivas y misiles que apuntaban a Europa, sin embargo, estos fueron desmantelados total o parcialmente.
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El hecho de que Kiev carezca de este tipo de armamento pesado es otra de las razones por las que Moscú considera factible que fabrique una bomba sucia. Los materiales están a su alcance -posee explosivo convencional de sobra y puede utilizar residuos de sus centrales como elemento radiactivo- y la fabricación es sencilla.
En el pasado, grupos terroristas han utilizado este tipo de armas para amenazar poblaciones. En 1995, un grupo extremista checheno colocó una bomba sucia en un parque de Moscú, esta no estalló al tratarse de una demostración de fuerza.