El luto por la muerte de la joven Mahsa Amini a manos de la 'policía de la moral' de Irán ha concluido. Al menos formalmente, ya que la tradición del islamismo chií dicta que el duelo acaba a los 40 días del fallecimiento y, en el caso de la joven de 22 años, el umbral se traspasó el miércoles, cuando decenas de miles de personas se congregaron ante su tumba. La rabia y el dolor, sin embargo, continúan extendiéndose por las calles de todo el país.
En los últimos días, las protestas contra el Gobierno de Ebrahim Raisi y el líder supremo, Alí Jamenei, se han intensificado. Cada vez son más los que, con gritos de "¡Muerte al dictador!" y "¡Mujer, vida, libertad!", desafían las estrictas normas de conducta impuestas por el régimen.
Por su parte, las autoridades iraníes, al verse incapaces de sofocar las que son ya las revueltas más intensas de los últimos tres años, han respondido con más fuerza bruta. En el último mes y medio, la represión de los cuerpos de seguridad ha dejado ya 185 fallecidos, según las cifras que maneja la oenegé Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega. Hay vídeos que muestran incluso cómo las fuerzas de seguridad abren fuego y lanzan gases lacrimógenos contra la población.
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Pero eso no es todo: de acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos, Irán está aprendiendo tácticas de represión de Rusia. Esta misma semana, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, señaló durante una rueda de prensa que hay evidencias de que el Kremlin "podría estar asesorando al régimen iraní sobre cuáles son las mejores prácticas para gestionar las protestas, basándose en la amplia experiencia de Rusia en la represión de las manifestaciones abiertas".
Basta sino recordar cómo a finales de septiembre las fuerzas de seguridad rusas detuvieron a más de 1.000 personas en una protesta convocada por un movimiento pacifista contra la movilización parcial anunciada por el presidente Vladímir Putin.
En la misma línea, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, confirmó más tarde que "se habían visto señales" de que Moscú podría "estar capacitando a los iraníes" para controlar las movilizaciones.
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El apoyo militar iraní a Rusia
Aunque ninguno de los dos representantes de la Administración Biden aportaron pruebas sobre estas acusaciones, ambos refirieron a la estrecha relación entre el presidente ruso, Vladímir Putin y el primer ministro Ebrahim Raisi, unidos por su animadversión hacia Occidente. Solo en los últimos tres meses, ambos dirigentes se han reunido hasta en dos ocasiones.
En los últimos meses, además, Irán ha estado suministrando ayuda militar a Rusia para su guerra en Ucrania, según servicios de inteligencia de diversos países. En concreto, de acuerdo con el ejército de Kiev, el Kremlin habría lanzado numerosos ataques con drones kamikaze Shahed-136 de fabricación iraní.
Las pruebas de la cooperación entre ambos países han resultado concluyentes para la Unión Europea, que ha ampliado recientemente la lista de sanciones contra dirigentes y entidades vinculadas al régimen de los ayatolás en Irán.
"La evidencia de que Irán está ayudando a Rusia a librar su guerra contra Ucrania es clara y es pública. Irán y Rusia se están acercando a medida que se quedan más aislados. Nuestro mensaje a Irán es muy, muy claro: deja de matar a tu pueblo y deja de enviar armas a Rusia para ayudar a matar a los ucranianos", advirtió Jean-Pierre.