A Europa se le abre una nueva línea en el frente. La ruptura unilateral por parte de Moscú del salvoconducto que permitía a Ucrania exportar grano de forma segura a terceros países a través de un corredor en el Mar Negro amenaza con recrudecer el invierno de recesión que se cierne sobre Europa si no se llega a un nuevo acuerdo.
El movimiento, que ahora la ONU trata de revertir a contrarreloj, pone en jaque la cadena de suministros de un bien básico para producir gran parte de los alimentos de consumo básico en los hogares. Sólo 48 horas después de que Moscú tomase su decisión, el precio de los futuros del trigo se ha disparado en los mercados internacionales ante el miedo por una posible situación de desabastecimiento. En concreto, este ha repuntado un 7,7%, hasta alcanzar los 8,93 dólares el bushel, que es la unidad de medida de capacidad para mercancía sólida.
Esta estrategia de ‘privación’ de un bien por parte de Rusia no es nueva. Desde comienzos de la guerra, el Kremlin ha especulado con el suministro de gas a Europa, especialmente, en los envíos a los países más dependientes de esta fuente de energía. Bulgaria, Polonia, Dinamarca o Alemania, entre otros, carecen desde hace tiempo de un gasoducto activo que les permita llenar sus reservas de cara al invierno.
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La consecuencia directa a esta situación, además del repunte en el precio del gas -el TTF holandés, referencia de los futuros para Europa, alcanzó el pasado mes de agosto su cotización máxima-, han sido las políticas de reducción de consumo que Europa ha tenido que implementar de cara a este invierno. Ahora, meses después de tener que tomar medidas relativas al consumo de energía, occidente se enfrenta a un nuevo problema: la amenaza de una hambruna mundial.
El acuerdo rubricado el pasado 22 de julio permitió a Ucrania exportar en tiempo récord parte de su cosecha, sin embargo, los graneros continúan llenos, aseguran los agricultores ucranianos, y la siembra corre peligro de quedarse en tierra si esta no se transporta cuanto antes.
“La interrupción por parte de Rusia en su participación por el pacto del grano está teniendo impactos inmediatos y perjudiciales en la seguridad alimentaria mundial”, sostuvo en relación al tema Ned Price, portavoz del departamento de estado de los Estados Unidos. "Los precios han caído gracias a la iniciativa, pero este progreso pende de un hilo. Si Rusia no reanuda su participación, no solo impactará a Ucrania, sino que será un duro golpe para el resto del mundo", apuntilló en declaraciones recogidas por EFE.
La ONU, Turquía y Ucrania tratan ahora de encontrar una solución de urgencia a esta situación mientras cientos de barcos esperan bloqueados en el mar negro. Zelenski aseguró este lunes que seguiría exportando grano a pesar de la retirada de Rusia del acuerdo y de que Moscú avisase que “no es seguro” hacerlo sin su colaboración.
En este sentido, algunas aseguradoras, ante el incipiente riesgo, están dejando de dar cobertura a los envíos que se produzcan en este corredor. “A partir de hoy estamos haciendo una pausa en la cotización de nuevos envíos hasta que entendamos la situación”, declaró a Reuters el jefe de carga de Ascot, Chris McGill. Por el momento, aquellos que ya habían sido expedidos, se mantienen en vigor.
Así las cosas, a última hora de la tarde de ayer, la ONU aseguró que continuará implementando el acuerdo para la exportación de grano ucraniano a pesar de la decisión rusa. “No vamos a pedir permiso, nosotros seguimos implementando el acuerdo”, aseveró Martin Griffiths, jefe humanitario de las Naciones Unidas. Los barcos que aguardan en este momento la existencia de un corredor seguro transportan, según cifra la ONU, un total de 2 millones de toneladas de grano.
Europa no es el único continente en el que se puede tensionar la oferta de grano llegado el punto. África es otro de los enclaves donde se asientan varios países dependientes de los envíos de Ucrania y Rusia. Egipto, Sudán o Kenia, entre otros, reciben importantes cargamentos de este material. A este conjunto de países, no obstante, según ha asegurado Rusia, no les faltará cobertura. Moscú ha asegurado que suministrará, llegado el caso, 500.000 toneladas a África de forma gratuita.