Rusia intensifica sus ataques en Bakhmut y Biden y Scholz condenan sus amenazas nucleares
La ciudad ha pasado de tener 70.000 habitantes a apenas contar con 20.000, según el último recuento publicado por Ucrania.
7 noviembre, 2022 02:17Toda la atención mediática que acapara Jersón parece haberla perdido Bakhmut. El enclave, donde antes de que comenzasen los combates residían 70.000 personas -apenas quedaban 20.000 habitantes el pasado mes de mayo en la pequeña urbe- se ha convertido en uno de los “puntos calientes” del frente de Donetsk.
Paradójicamente, y a pesar del empuje de Ucrania en casi la totalidad de territorios donde se producen enfrentamientos, Rusia está cerca de tomar una ciudad a la que pretende sitiar. Cerca de 30.000 soldados rusos, la mayoría del grupo paramilitar Wagner, cercan en estos momentos el enclave, afirma un portavoz de las fuerzas ucranianas del este al medio The New York Times.
Militarmente, los constantes esfuerzos de Moscú por asegurar la toma de Bakhmut no se entienden. Desde el mes de mayo, la percusión de los proyectiles ha sido el día a día de quienes han resistido parapetados en edificios donde el vidrio brilla por su ausencia. Pese a todo, el ejército ucraniano se niega a rendir una ciudad donde los daños son cuantiosos. La tesitura es todo un chollo para Kiev, que ve como Putin continúa enviando soldados a una línea sin peso relevante y que, aparentemente, ha logrado defender con una guarnición escasa.
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En las últimas horas, el ejército ruso ha avanzado en áreas del sur de la región, en concreto, cerca de la vecina ciudad de Opytne. Desde que Moscú desplegó a los reservistas para reforzar la línea de frente, las conquistas de Ucrania se han visto frenadas, sobre todo en las regiones del Donbás y Zaporiyia. Al norte, por contra, es Kiev quien avanza, asegurando haber logrado el control de un amplio latifundio que permite, por el momento, evitar que los rusos rodeen la ciudad.
La línea de frente amenaza con volverse cruenta en los próximos meses y, en este sentido, a los principales líderes de Occidente les preocupa la amenaza de un ataque nuclear por parte de Rusia sobre Ucrania. Así, en plena campaña de las Midterms, ha trascendido que Joe Biden mantuvo este domingo una conversación con su homólogo alemán, Olaf Scholz, en la que ambos mandatarios pudieron abordar, entre otros, la “irresponsable” escalada nuclear que se cierne en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Los Gobiernos de ambos países volvieron a escenificar su preocupación ante la posibilidad de una reacción desmesurada por parte del mando ruso, remarcando, además, su apoyo económico, humanitario y de seguridad para que Kiev pueda defenderse de Rusia, informa Efe.
El pasado viernes, el canciller alemán se desplazó a China, siendo el primer líder europeo que visita el país en más de dos años, para tratar de convencer a Xi Jinping para que este ejerciera su influencia sobre Putin y le disuadiese de usar armas nucleares. Estados Unidos, por su parte, y a pesar de la creciente tensión que mantiene con el Ejecutivo de Pekín a raíz de la crisis de Taiwán, asegura que respeta la decisión tomada por Berlín de visitar el país asiático.
“Sufren muchas pérdidas”
El balance de esta campaña de otoño es muy positivo para el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que aseguró a última hora de este domingo que, en el frente del este, Rusia estaba sufriendo “grandes” pérdidas en los continuos y feroces combates que se producen en el Donbás. “Continúan los ataques rusos muy feroces en la región de Donetsk. El enemigo está sufriendo graves pérdidas allí”, matizó el mandatario en su discurso.
En Jersón la situación comienza a tomar tintes de asedio. La compañía encargada de suministrar la energía a la población anunció este domingo que una avería en el tendido eléctrico ha dejado sin luz al conjunto de sus habitantes. Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de haber provocado este corte, aunque es Moscú quien más ha insistido en su mensaje. “Es un ataque terrorista”, aseguran.
A orillas del Dnieper, que cerca la ciudad a sus espaldas, Rusia parece estar destruyendo las embarcaciones para, según Kiev, evitar que su ejército las pueda utilizar para cruzar el río llegado el momento. Según el portavoz del Estado Mayor de Ucrania, el combustible de los buques se habría filtrado hacia el propio delta del río.