Continúa la polémica sobre las nuevas directrices del ejecutivo italiano en materia de inmigración. Matteo Salvini, vicepresidente del Gobierno y líder de la Liga, ha asegurado este domingo que pretende imponer una política de "mano dura" contras todas las organizaciones que rescaten personas en aguas del Mediterráneo. En este sentido, ha asegurado que impondrá "multas" y que dará órdenes para que se proceda al requiso de sus barcos.
Desde la llegada del nuevo Ejecutivo que preside Giorgia Meloni, el Gobierno italiano ha emprendido una batalla para dificultar la labor de las asociaciones que salvan inmigrantes en el Mediterráneo, a las que culpa, entre otros, del aumento del flujo de embarcaciones desde África, lo que ha abierto un enfrentamiento entre Francia e Italia sobre los barcos de las ONG.
Salvini, que ostenta la cartera de Infraestructuras, mantiene competencias portuarias, tesitura que le ha permitido legislar, mediante un decreto, que solo desembarquen de los barcos aquellas personas que, previa inspección médica a bordo, fueran considerados vulnerables. El ministro ya había advertido que cerraría los puertos a los barcos de ONG extranjeras como ya hizo cuando fue ministro en 2018.
"Endurecimiento a la vista: multas, incautaciones y más controles", escribió Salvini en Twitter, asegurando que "el Gobierno está preparado para imponer mano dura con los desembarcos".
Italia va a llevar este lunes la cuestión al Consejo de Exteriores de la UE. "Debemos plantear la inmigración con gran serenidad y determinación, porque el problema lleva años y es absolutamente necesario resolverlo", aseguró previamente el ministro italiano de Exteriores, Antonio Tajani, informa Efe. Desde Roma no descartan que Meloni y el presidente francés, Emmanuel Macron, mantengan la próxima semana, en el marco de la reunión del G20 en Bali, un encuentro bilateral en el que puedan abordar la situación.
"Alemania y Luxemburgo respetarán los pactos, como nosotros. Grecia, Malta y Chipre también son solidarios, ya que han firmado con Italia una declaración conjunta de los ministros del Interior porque tienen el mismo problema", explicó Tajani.
Esta semana, Francia decidió suspender, con efecto inmediato, el acuerdo de inmigración que mantenía con Italia, una reacción que, a ojos de Meloni, fue "incomprensible". "Algo no funciona cuando lo que molesta es que Italia no sea el único puerto de desembarco para migrantes del Mediterráneo", apuntilló.
París aceptó este viernes acoger en su territorio a los 234 inmigrantes del barco Ocean Viking que se dirigía a las costas de Italia.