Estas Navidades se presentan muy complicadas en Reino Unido. El personal de aduanas e inmigración de todos los aeropuertos de Reino Unido ha anunciado que irá a la huelga en las próximas semanas. Además, el paro convocado en otros sectores, como el de transporte por tren y autobús o el que afecta al personal de equipaje en aeropuertos, complicará aún más la movilidad en estas fechas tan señaladas.
Ante este escenario, el Gobierno británico ha hecho un llamamiento a los ciudadanos para que eviten viajar si no es imprescindible y se replanteen sus vacaciones "porque es posible que sea vea afectados". "Si se llevan a cabo todas estas huelgas, innegablemente habrá un trastorno grave para los miles de personas que tengan planes de viaje", ha afirmado la ministra del Interior, Suella Braverman.
"Es muy lamentable que hayan tomado la decisión de hacer huelga en momentos críticos de antes y después de la Navidad y el Año Nuevo", ha señalado. Posteriormente, Braverman ha anunciado que el Ejército intervendrá para suplir algunas plazas de control de pasaportes y de otro tipo, aunque se espera que esto no consiga acabar con los retrasos, ya que la "prioridad" es mantener la seguridad de la frontera.
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Heathrow, Gatwick, Manchester...
Más de mil empleados de la Fuerza de Fronteras del Reino Unido encargados del control de aduanas e inmigración en los aeropuertos británicos están llamados a una huelga de ocho días durante el periodo navideño en protesta por sus salarios y condiciones laborales.
Los paros tendrán lugar entre el 23 y el 21 de diciembre (salvo el 27) en los aeropuertos londinenses de Heathrow y Gatwick, el de Manchester, Birmingham, Newhaven y en el galés de Cardiff.
Esta situación empeorará, y mucho, el tránsito de viajeros, que desde el Brexit ha multiplicado las esperas, las colas y los retrasos en las barreras fronterizas.
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Huelga de tren y autobús
A esta huelga en el sector de aduanas e inmigración se suman también los parones convocados por el Sindicato Nacional de Trabajadores de Ferrocarriles, Mar y Transportes (RMT), que desde junio tienen en jaque al transporte ferroviario y por carretera de todo el país.
Se prevén también paros entre los afiliados del Sindicato de servicios públicos y comerciales (PCS, en inglés) en el Ministerio de Trabajo y Pensiones, la Agencia de Carreteras y los examinadores de autoescuela.
En los próximos días también se han programado huelgas entre trabajadores de los servicios públicos, como profesores, médicos, enfermeros, carteros y conductores de ambulancias.
"Leyes duras" contra las huelgas
Frente a esta oleada de descontento, el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, ha prometido "leyes más duras" en los próximos días para reducir el impacto de estas huelgas mientras que los sindicatos culpan al Gobierno de obstaculizar las negociaciones e impedir llegar a acuerdos.
Por ahora, el Ejecutivo británico ha comenzado a entrenar a cientos de miembros del Ejército, que no tienen derecho a huelga, para suplir las tareas de los huelguistas, como médicos y enfermeros, conductores de trenes y autobús y agentes de aduanas.
Ante la amenaza de Sunak, la secretaria general de la confederación sindical TUC, Frances O’Grady, ha denunciado que el premier "sólo persigue que las clases trabajadoras tengan mucho más difícil alcanzar mejores salarios y mejores condiciones de trabajo" y le ha recordado que "el derecho a la huelga es una de las libertades fundamentales del Reino Unido".
Desde la oposición, el líder de los laboristas Keir Strarmer acusa a Sunak de "no tomarse en serio todas estas huelgas". "Cada mañana nos levantamos con un nuevo titular en el que amenazan con que se van a poner duros con este asunto, pero no trabaja de modo constructivo en beneficio de los ciudadanos", ha afirmado.