En prisión preventiva desde el 9 de diciembre en la cárcel bruselense de Haren, la socialista griega Eva Kaili comparece este jueves 22 de diciembre ante el tribunal de primera instancia de Bruselas. Una vista en la que debe decidirse si la exvicepresidenta de la Eurocámara continúa detenida o se decreta su libertad, con o sin medidas cautelares.
Aunque sus abogados aseguran que se declara inocente, la propia Kaili confesó al juez el día de su detención que fue ella la que pidió a su padre que escondiera una maleta llena de dinero supuestamente procedente de los sobornos de Qatar, según ha desvelado el periódico belga Le Soir. También admite que conocía la relación de su marido, Francesco Giorgi, con el supuesto líder de la trama, el exeurodiputado Pier Antonio Panzeri, y que sabía que por su apartamento pasaban maletines de dinero.
La detención del padre de Kaili con las manos en la masa -cuando intentaba huir del hotel Sofitel del barrio europeo de Bruselas cargado con una maleta repleta de billetes de 50 euros- se convirtió en el principal golpe de la masiva operación policial belga contra la corrupción en la Eurocámara.
Al tratarse de un delito flagrante, la vicepresidenta de la Eurocámara se quedó sin inmunidad y las fuerzas de seguridad pudieron registrar su domicilio, donde encontraron más dinero y regalos. El padre fue puesto en libertad tras declarar ante el juez.
"La acusada reconoce haber dado instrucciones a su padre de disimular el dinero", señala el juez del caso, Michel Claise, en la orden de detención contra Kaili. "Declara que conocía en el pasado la actividad de su esposo con el señor Panzeri y que maletas de billetes han transitado por su apartamento", apunta el escrito del juez.
La exvicepresidenta de la Eurocámara entró en pánico tras la detención de su marido, el primero en caer en la operación policial del 9 de diciembre. Además de pedir a su padre que se llevara el dinero, Kaili intentó avisar a otros dos eurodiputados, según señala la orden de detención. La identidad de estos dos parlamentarios no figura en el escrito.
El marido de la exvicepresidenta ya ha admitido que formaba parte de una organización utilizada a la vez por Qatar y Marruecos (país que hasta ahora no ha aparecido en ningún comunicado público de la fiscalía belga) para comprar influencia en las decisiones económicas y políticas de la Eurocámara, según ha desvelado también Le Soir.
Por su parte, Panzeri (que supuestamente era el jefe de la trama desde su puesto al frente de la ONG Fight Impunity) también admitió parcialmente ante el juez su participación en los hechos y acusó al eurodiputado socialista belga Marc Tarabella. El despacho de Tarabella ha sido registrado y precintado, pero de momento no ha sido detenido ni acusado.
Tanto la mujer como la hija de Panzeri han sido detenidas en Italiaa por formar parte también de la trama. Ambas viajaron en junio a Marruecos en una vista cuyo objetivo era "traerse posibles retribuciones por actividades de injerencia en provecho de Marruecos", según un documento del servicio de inteligencia belga publicado por Le Soir. La justicia italiana ya ha aprobado la entrega de la mujer de Panzeri a Bélgica y está tramitando el caso de la hija.
El escándalo de corrupción salpica ya a un excomisario europeo, el conservador griego Dimitris Avramopoulos, que ocupó la cartera de Interior e Inmigración entre 2014 y 2029. Avramopoulos ha cobrado 60.000 euros de Fight Immunity, la tapadera de la trama de corrupción, de cuyo consejo de administración formaba parte junto con otras personalidades como la exjefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini, o el ex primer ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve.
Avramopoulos, Mogehrini y Cazeneuve dimitieron nada más estallar el escándalo, pero el diario La Stampa ha desvelado ahora que el griego cobraba. "Los pagos se han producido durante un año, entre febrero de 2021 y febrero de 2022, a razón de 5.000 euros al mes, declarados y gravados en Grecia", ha confirmado el propio excomisario.
Avramopoulos recibió luz verde de la propia Comisión, Ursula von der Leyen, para incorporarse a Fight Immunity (que no figura en el registro de lobbies de la UE) tras dejar su cargo. El Ejecutivo comunitario se ha comprometido a revisar el caso por si hubo algún error.