Erdogan adelanta elecciones, aumenta el gasto para ganar votos y se impone en la OTAN

Con una grave crisis del coste de vida azotando a sus ciudadanos y con unos índices de popularidad en caída libre, las encuestas sugieren que Erdogan podría perder los comicios. Por eso no ha esperado a mover ficha. Este mes anunció que adelantaba los comicios -que iban a ser el 18 de junio- al 14 de mayo, lo que le da ventaja frente a quienes intentan desbancarle, que todavía no han elegido a un candidato.

Ese no es el principal reto al que se enfrenta la oposición. Y es que Erdogan ha activado la maquinaria legal para poner contra las cuerdas a sus principales rivales. Es el caso del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, que en diciembre fue sentenciado a varios años de prisión y fue inhabilitado políticamente. Espera a que el tribunal de apelación confirme o no la condena para postularse a presidente.  

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, durante la cumbre de la OTAN en Madrid. GTRES

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Otro de los movimientos que ha impulsado Erdogan está orientado a suavizar el golpe de la hiperinflación. Desde hace más de un año, él y su partido, el AKP, han seguido una política económica poco ortodoxa basada en la bajada de los tipos de interés y en la devaluación de la moneda. Esta maniobra, que va en contra de la teoría económica dominante, se ha traducido en un aumento de la inflación, que ha llegado hasta más del 80%, y del desempleo. 

Para aislar a los votantes de estos problemas, al menos hasta mayo, su Gobierno ha gastado grandes cantidades de dinero público en cuestión de semanas, a pesar de que economistas de todo el mundo advierten de que eso sólo empeorará la situación. A finales del año pasado, por ejemplo, aumentó el salario mínimo nacional en un 55%, reforzó los salarios a los funcionarios, amplió el programa de ayudas a las pequeñas empresas y eliminó la edad mínima de jubilación, permitiendo que más de dos millones de personas se jubilasen inmediatamente y cobrasen sus pensiones.

Proyección internacional

El presidente turco también se ha aprovechado de su posición en el tablero internacional para reforzar su figura. "Entro en las elecciones para hacer frente a los efectos de las recientes crisis en el mundo y en el país. Estoy aquí como político que resuelve los problemas de la región y del mundo", dijo hace apenas unas semanas.

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Turquía cuenta con el segundo mayor ejército de la OTAN y juega un papel crucial en una zona altamente inestable, con Siria en el sur y el mar Negro que baña las costas de Rusia y Ucrania en el norte. Precisamente por esto último, Erdogan se ha erigido como mediador para el desbloqueo a la exportación de cereales. 

Aprovechando su reciente protagonismo internacional, Erdogan ha optado por sacar músculo en el extranjero para proyectar más poder en casa. Un claro ejemplo de ello es el veto que ha impuesto al ingreso de Finlandia y Suecia a la Alianza Atlántica. Una posición que ha ratificado esta misma semana después de oponerse a la entrada de Suecia después de la quema de un ejemplar del Corán frente a la embajada turca en Estocolmo.