Fernando Grande-Marlaska conversa con la comisaria de Interior, Ylva Johansson, antes de viajar a Algeciras

Fernando Grande-Marlaska conversa con la comisaria de Interior, Ylva Johansson, antes de viajar a Algeciras Presidencia sueca

Europa

La UE sopesa castigar a los países de origen que rechacen la devolución de inmigrantes irregulares

Las expulsiones de irregulares son la gran asignatura pendiente de Europa: sólo se ejecutan el 21%.

27 enero, 2023 02:52
Bruselas

Justo cuando en España arrecia la polémica por el hecho de que el asesino de Algeciras tuviera una orden de expulsión a Marruecos sin ejecutar, los ministros del Interior de los Veintisiete han examinado en una reunión en Estocolmo el por qué del fracaso de la política europea de devoluciones de inmigrantes irregulares. Un encuentro que Fernando Grande-Marlaska ha abandonado de forma precipitada para viajar al lugar del atentado yihadista.

De las 340.515 decisiones de retorno expedidas por los países de la UE en 2021 contra inmigrantes irregulares, apenas un 21% llegaron a ejecutarse. Y sólo en un 16% de los casos se solicitó formalmente al país de origen que aceptara la readmisión de la persona en cuestión, según los datos de Bruselas.

Sólo cinco Estados miembros recurren de forma habitual a la Guardia Europea de Fronteras y Costas (Frontex), pese a que ésta está "muy bien equipada" para gestionar las expulsiones, ha denunciado la comisaria de Interior, Ylva Johansson.

[El islamista de Algeciras ya fue expulsado de Gibraltar en 2019, donde llegó con una moto acuática]

"Las tasas de retorno actuales no son aceptables y afectan negativamente la capacidad de recepción, así como la legitimidad de nuestros sistemas nacionales de asilo y migración", señala la declaración publicada por la presidencia sueca de la Unión Europea al término de la reunión.

Tras dos años de tregua forzosa por las restricciones, la presión migratoria ha vuelto a dispararse en la UE, especialmente a través de las rutas de los Balcanes Occidentales y del Mediterráneo Central. En 2022, se detectaron un total de 330.000 entradas irregulares en las fronteras exteriores de la UE, la cifra más alta desde 2026 y que representa un incremento del 64% respecto al año anterior.

Además, las peticiones de asilo ascendieron a 924.000, es decir, el triple que las entradas irregulares. "Se trata a menudo de personas que no necesitan protección internacional, que en un 60% tendrán una decisión negativa, pero que utilizan las instalaciones de acogida, presentan una solicitud y obstruyen el sistema", explica la comisaria de Interior.

A ello hay que sumar que la UE acoge a 4 millones de ucranianos desde el estallido de la guerra de agresión de Rusia. El resultado es que varios Estados miembros se encuentran ya en una situación límite, similar a la de la crisis de refugiados de 2015 y 2026. Y la política migratoria ha vuelto con fuerza al primer plano del debate en la UE. De hecho, será uno de los principales puntos en la agenda de la cumbre extraordinaria que se celebra el 9 y 10 de febrero.

"Los retornos no son la única respuesta a esto, pero sí una parte importante. Porque sabemos que las devoluciones son uno de los incentivos más eficaces para prevenir las llegadas irregulares de personas que no necesitan protección internacional. Y el aumento de llegadas irregulares se produce desde países donde no se necesita protección internacional: marroquíes, egipcios, tunecinos, bangladeshíes, pakistanís, cubanos, indios", ha señalado Johanson.

Falta de cooperación

¿A qué se debe que la tasa de devoluciones sea tan baja? "Uno de los motivos más importantes es la falta de cooperación de los países terceros", asegura la ministra del Interior de Suecia, Maria Malmer Stenergard. Por eso, los Veintisiete apuestan por reforzar la colaboración con los países de origen, con acuerdos migratorios y de readmisión. Pero también reclaman castigar a aquellos países que se nieguen a colaborar en la lucha contra la inmigración ilegal.

"Para avanzar en relación con países terceros, la UE debe hacer pleno uso de todas las herramientas disponibles. Se requieren tanto incentivos positivos como medidas restrictivas. Debemos hacer uso de todas las áreas políticas pertinentes a este respecto, como la política de visados, la cooperación para el desarrollo, el comercio y las relaciones diplomáticas", reza la declaración de la presidencia sueca.

Entre las medidas punitivas que sopesan los ministros del Interior, la más importante es  hacer pleno uso del artículo 25 bis del Código de Visados. Una disposición que permite a la UE introducir medidas restrictivas con los países que no cooperen en materia de devoluciones, como dilatar el tiempo de procesamiento de visados o aumentar los precios.

"Este mecanismo entró en vigor en febrero de 2020 y, si se utiliza estratégicamente, tiene potencial para ser una de las herramientas de presión más importantes para mejorar la cooperación con terceros países en materia de retorno y readmisión y producir mejoras concretas", sostiene la presidencia sueca.

Sin embargo, Bruselas hasta ahora sólo ha propuesto usar este mecanismo para cuatro países: Bangladesh, Irak, Gambia y Senegal. Lo peor es que los Estados miembros sólo lo han aprobado en el caso de Gambia. En el caso de Bangladesh, la cooperación en materia de retornos ha mejorado simplemente gracias a la amenaza de activar este instrumento de presión.

Tras la reunión de este jueves en Estocolmo, el Ejecutivo comunitario se ha comprometido a proponer este castigo para más países de origen que rechacen cooperar con las expulsiones, pero sin mencionar a ninguno en concreto. Y los Estados miembros anuncian a su vez que, a diferencia de lo ocurrido hasta ahora, aprobarán las propuestas de Bruselas. Pero está por ver que estas iniciativas sirvan realmente para mejorar la tasa de retornos, que se mantiene en niveles muy bajos desde hace muchos años pese a que ya se han adoptado múltiples planes de acción.