Emanuela Orlandi: el ‘thriller’ del Vaticano que mantiene a Roma en vilo desde hace cuatro décadas
Se ha tomado la decisión de abrir, por primera vez, un caso judicial dentro del Vaticano para intentar conocer toda la verdad acerca de la desaparición.
30 enero, 2023 03:26Hablar del caso de Emanuela Orlandi, en el Vaticano y en Italia, es sinónimo de historia de intriga. Una suerte de juego de espías cinematográfico con la Ciudad Eterna como escenario, donde el secuestro de la menor hace casi cuatro décadas sigue siendo un caso sin resolver. Después de diferentes investigaciones judiciales sin éxito, Italia y el Vaticano, por separado, han vuelto a ser noticia recientemente en relación al caso de Emanuela Orlandi; generando, en los medios de comunicación y a pie de calle, un clima de gran expectación con el deseo de que las nuevas investigaciones aclaren definitivamente por qué Orlandi fue secuestrada, manteniendo a su familia y a la opinión pública italiana e internacional en vilo en los últimos cuarenta años.
Este martes, Pietro Orlandi, conocido hermano de Emanuela, ha sido recibido por el presidente del Senado italiano, Ignazio La Russa, el cargo más importante de la República Italiana, sólo por debajo del jefe del Estado; y el presidente de la Cámara de los Diputados, Lorenzo Fontana: “Son ellos dos los que tienen más poder para intentar abrir una investigación [parlamentaria]. Estoy contento, porque he comprobado la voluntad de acelerar los tiempos”, ha declarado Pietro Orlandi este martes en relación a la posible apertura, en el Parlamento italiano, de una comisión de investigación para conocer la verdad acerca de su hermana Emanuela.
En las últimas semanas, además, ha tenido lugar la novedad que podría implicar un antes y un después definitivo en la resolución del caso Orlandi. El fiscal Alessandro Diddi y la Gendarmería han tomado la decisión de abrir, por primera vez, un caso judicial dentro del Vaticano para intentar conocer toda la verdad acerca de la desaparición de Emanuela. La Justicia de la Santa Sede, según la información que se ha conocido recientemente, ha puesto en marcha toda su maquinaria para volver a arrancar de cero las investigaciones: documentos, testigos, pruebas. Hacer borrón y cuenta nueva con las investigaciones italianas anteriores y empezar de nuevo la reconstrucción de los eventos que llevaron a la desaparición de Orlandi. “Bienvenida sea la nueva investigación, a lo mejor gracias al papa Francisco”, ha asegurado en las últimas semanas Pietro Orlandi: “Estoy convencido de que la verdad está ahí, dentro del Vaticano. Y confío también en la plena colaboración entre Italia y Vaticano”, ha afirmado Pietro, la viva imagen, en Italia, del deseo de justicia por parte de la familia Orlandi.
Emanuela Orlandi, ciudadana vaticana de 15 años e hija de un funcionario de la Casa Pontificia, desapareció en Roma a las 19:00 horas del 22 de junio de 1983 después de haber asistido a una clase de música. Es el dato más firme en torno al controvertido caso de Emanuela Orlandi, dado que a lo largo de cuatro décadas ha sido una constante precisamente la enorme cantidad de pruebas, pistas y testimonios que nunca se han podido confirmar completamente. Hecho que ha empujado al Vaticano a empezar desde cero la investigación, tratando de lograr lo que dos investigaciones transalpinas no han logrado esclarecer hasta hoy.
Uno de los aspectos más complejos del caso de Emanuela Orlandi es que, a lo largo de los últimos cuarenta años, el trasfondo de la desaparición de la menor de ciudadanía vaticana, a menudo, ha mantenido relación con dinámicas vinculadas a la propia Santa Sede, al atentado al papa Juan Pablo II en 1983, a la Guerra Fría, a los servicios de inteligencia de otros países e incluso a la mafia de Roma, la conocida Banda de la Magliana. Pruebas poco concluyentes de testigos a menudo anónimos y falsos testimonios con el objetivo de generar distracción; han sido dos de los elementos más frecuentes que más han complicado la acción de la Justicia italiana, concretamente la de la Fiscalía de Roma, que ha realizado dos investigaciones, entre los años 1983-1997 y 2008-2015, ambas sin éxito definitivo.
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Una de las hipótesis periodísticas más acreditadas, reconstruidas por diarios italianos como el prestigioso Corriere della Sera; apunta hacia un contexto internacional vinculado al secuestro de Emanuela Orlandi. Atendiendo a esta versión de corte geopolítico, la joven menor habría sido secuestrada, en cuanto hija de funcionario vaticano cercano al papa Juan Pablo II, con el objetivo de presionar a la Santa Sede y dejar en libertad Mehmet Ali Ağca, el terrorista turco que dos años antes había atentado contra la vida del pontífice polaco. El matiz internacional de esta versión cobra fuerza en la medida en la que, supuestamente, Ağca habría mantenido el silencio acerca de su posible vinculación con Bulgaria y la Unión Soviética a cambio de su excarcelación y sucesiva libertad, aun habiendo sido entonces condenado a cadena perpetua.
Dentro de esta hipótesis con enfoque internacional, Emanuela Orlandi habría sido perseguida y luego secuestrada, en cuanto ciertamente hija de un funcionario vaticano, pero no del máximo nivel, ya que otros funcionarios civiles de la Santa Sede sí pudieron proteger a sus familias e incluso asignarles protección oficial en los meses anteriores al secuestro de Orlandi. Es más, el hecho de que Emanuela se convirtiera tres meses antes de su desaparición en ciudadana vaticana apoyaría la tesis de que su nueva nacionalidad era útil precisamente para aquellos que tenían como objetivo llevar a cabo un plan de chantaje internacional contra el Vaticano, supuestamente, procedente del entonces bloque de países comunistas, en plena Guerra Fría.
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Tras el conocimiento de la apertura del caso Orlandi, por primera vez, por parte de la Justicia del Vaticano, Pietro Orlandi, conocido hermano de Emanuela; recientemente ha vuelto a estar presente como invitado en diferentes programas periodísticos de la televisión italiana, como Porta a Porta (Rai 1), Chi L’Ha Visto (Rai 3) y Atlantide (La 7) y los principales telediarios del país transalpino. Pietro Orlandi, en los últimos años, ha firmado dos denuncias que, según se aprende de sus declaraciones, habrían movilizado a la Santa Sede para dar inicio a la primera investigación dentro de las fronteras de la Ciudad del Vaticano.
“Esta investigación el Vaticano la podría abrir y cerrar en media hora. Es suficiente con que cuenten lo que saben. El Papa Francisco lo sabe y también Ratzinger lo sabía. Yo he nacido ahí dentro del Vaticano, sé cómo funciona. Conocen la verdad pero es tan pesada que harán cualquier cosa para que no se conozca”, afirmó hace unas semanas Pietro Orlandi, con unas palabras marcadas por la desesperación de cuatro décadas de incógnitas; donde la prensa italiana remarca constantemente no sólo la existencia de estas últimas, sino también la enorme ausencia de pruebas que siempre ha marcado la historia de Emanuela. Sin embargo, hay un dato que, para los medios italianos y para los Orlandi podría ser definitivo: en su primer domingo como pontífice, en 2013, el Papa Francisco aseguró a Pietro y su madre que “Emanuela está en el cielo”.
En la era de las plataformas digitales, el caso de Emanuela Orlandi ha tomado forma bajo el formato de miniserie documental con el título Vatican Girl (Netflix); donde a través de cuatro episodios el conocido periodista italiano Andrea Purgatori, de la mano del hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, reconstruyen el suceso más controvertido de la historia judicial del Vaticano. Un thriller aparentemente cinematográfico que sin embargo supera, ampliamente, la realidad