En las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, una empresa rusa conocida como la Internet Research Agency (IRA) interfirió en el proceso electoral de Estados Unidos mediante la creación y difusión de contenido engañoso en las redes sociales. Este martes Yevgeny Prigozhin, jefe del Grupo Wagner, ha confesado que fue el responsable de aquello.
"Nunca fui solo quien financió la IRA. También la ideé, la fundé y la dirigí durante mucho tiempo", ha dicho Prigozhin en un artículo compartido en las redes sociales por el servicio de prensa de su grupo de restauración Concord.
Desde Washington se concluyó que el objetivo de la IRA fue sembrar la discordia y el descontento en el electorado estadounidense, fomentar la polarización política y socavar la confianza en el proceso democrático. "Se creó para proteger el espacio informativo ruso de la grosera y agresiva propaganda antirrusa de Occidente", ha confirmado Prigozhin.
Esto demuestra que, aunque su persona no haya sido calificada como uno de los principales aliados de Putin a raíz de la guerra en Ucrania, el jefe de Wagner lleva muchos años trabajando en la sombra para el Kremlin.
Anteriormente, Prigozhin había admitido su interferencia en las elecciones estadounidenses, pero su declaración del martes parece ir más lejos al esbozar sus vínculos específicos con la IRA, que tiene sede en San Petersburgo.
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'Modus operandi'
Para decantar las elecciones en favor de Donald Trump, la IRA creó cuentas falsas en las redes sociales que difundieran mensajes diseñados para influir en la opinión pública. Los temas incluían cuestiones sensibles como la inmigración, la raza o la religión, así como críticas a los candidatos presidenciales.
La influencia de la IRA fue significativa. Según los informes, los contenidos generados por la entidad llegaron a decenas de millones de estadounidenses a través de Facebook, Twitter y otras plataformas. Los contenidos también fueron compartidos y replicados por otros usuarios en redes sociales, lo que expandió su alcance y efecto.
El informe del abogado especial Robert Mueller, exdirector del FBI y encargado de investigar el papel de Rusia en las elecciones de 2016, informó de que la IRA buscó aumentar los niveles de crispación social mediante una "guerra de información".
Mueller concluyó que Rusia buscó favorecer la victoria de Trump: "La campaña fue la evolución de un programa más general diseñado en 2014 y 2015 para socavar el sistema electoral estadounidense. La operación ejecutada a principios de 2016 favorecía al candidato Trump y menospreciaba a la candidata Hillary Clinton", dice el informe.
Dos años después de aquello, en 2018 y con Trump en la Casa Blanca, Prigozhin fue sancionado por primera vez por Estados Unidos por sus vínculos con la IRA, acusado de conspiración para defraudar a Estados Unidos. "Los empleados del IRA también viajaron a Estados Unidos en misiones de recopilación de inteligencia", dijeron los fiscales estadounidenses.
'Chef de Putin'
Prigozhin, que pasó la última década de la extinta Unión Soviética en prisión por robo y fraude, se confirma de esta manera como uno de los principales aliados de Putin desde hace años.
Todo empezó cuando su grupo de catering se hizo con contratos gubernamentales, lo que le valió el apodo de 'chef de Putin', mientras desplegaba mercenarios de Wagner para luchar junto a militares rusos en Siria y en conflictos por toda África para promover los intereses geopolíticos de Rusia.
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Tras negarlo durante años, en 2022 admitió sus vínculos con el Grupo Wagner, una organización de mercenarios que luchan a favor del Kremlin, y dijo que había interferido en las 'midterm' estadounidenses de ese mismo año.
Tras haber adquirido rápidamente notoriedad pública tanto en Moscú como en el extranjero desde que Rusia invadió Ucrania, algunos analistas han opinado que el Kremlin ha decidido cortarle las alas más recientemente, preocupado por la creciente estatura del empresario y sus críticas de alto nivel al Ministerio de Defensa.
No obstante, la interferencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos por parte de Rusia lleva siendo un tema altamente preocupante para la democracia estadounidense desde 2016.
Desde entonces, se han tomado medidas para abordar la interferencia extranjera en las elecciones estadounidenses. Las redes sociales han implantado políticas para abordar la desinformación y la manipulación política, y los gobiernos han tomado medidas para fortalecer la seguridad electoral y prevenir la interferencia en el futuro.
El debate ha vuelto recientemente con la decisión de Meta de volver a admitir a Donald Trump en sus redes sociales, entre las que destaca Facebook. Se espera que Trump prepare una gran campaña en redes de cara a las elecciones presidenciales que tendrán lugar en 2024.