Al menos 258 personas han sido detenidas esta noche en París por los disturbios producidos tras una manifestación espontánea contra la impopular reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron, aprobada por decreto horas antes y sin el voto de los diputados de la Asamblea Nacional, y que aumenta la edad de jubilación de 62 a 64 años.
Las protestas continúan este viernes por la mañana. Decenas de personas están bloqueando los accesos a París desde la periferia con el objetivo de paralizar la ciudad.
Este jueves por la tarde miles de personas se congregaron en la simbólica plaza parisina de la Concordia con la consigna de "bloquear el país" y tumbar el Gobierno de Macron. Tras su finalización, cientos de personas quemaron contenedores, destrozaron coches, montaron barricadas y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad, que tuvieron que utilizar cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. La situación se replicó en otros puntos del país. Según los últimos datos, hay 310 detenidos en toda Francia, 258 de ellos en París.
Las fuerzas de seguridad tuvieron que intervenir para desalojar la Concordia, pero las tensiones se trasladaron a otras zonas próximas de la capital francesa, como la de los Campos Elíseos. La residencia oficial de Macron está blindada.
Los principales sindicatos de Francia han anunciado un gran jornada de manifestaciones para el próximo jueves 23 de marzo para pedir la retirada total de la reforma, mientras que la oposición -tanto la ultraderecha de Marine Le Pen como la izquierda- presentará en las próximas hora varias mociones de censura contra la primera ministra Élisabeth Borne. Según las últimas encuestas, ocho de cada 10 franceses se oponen a la reforma.
Moción de censura
Las protestas estallaron después de que Macron decidiera utilizar el artículo 49.3 de la Constitución para evitar someter a votación en la Asamblea Nacional de Francia la reforma de las pensiones, después de constatar que el Gobierno no tenía la mayoría suficiente para sacar adelante uno de los proyectos estrella del presidente de francés. Todo apunta a que esta decisión le costará su puesto a Borne.
Precisamente fue ella la que afrontó el mal trago de anunciar ante el pleno de la Asamblea Nacional el recurso del Gobierno al artículo 49.3 de la Constitución y que fue acordado tras un breve Consejo de Ministros extraordinario.
"No se puede correr el riesgo de jugar con el futuro de las pensiones, esta reforma es necesaria", afirmó Borne entre gritos y abucheos de la oposición, antes de asegurar que su Gobierno toma esta decisión "por responsabilidad".
Borne tuvo que hablar entre algunas burlas y los repetidos cánticos de La Marsellesa de los diputados de izquierda, que también corearon "dimisión, dimisión" a la primera ministra, una intervención breve pero tormentosa.
A pesar de ella, la primera ministra dio a entender anoche en una entrevista televisiva que no piensa dimitir y fió su futuro al frente del Ejecutivo al resultado de esas mociones de censura.
Qué dice la reforma de Macron
La justificación de la reforma dada desde el principio por el Gobierno de Macron es garantizar el equilibrio financiero en el horizonte de 2030, ante el potencial déficit en los próximos años por el envejecimiento de la población, que supone un mayor número de jubilados y menos cotizantes.
El Consejo de Orientación de las Pensiones (COR, un órgano oficial consultivo) calcula que ahora y hasta el horizonte de 2027-2028, el déficit de ese régimen será de entre 9.000 y 11.000 millones de euros anuales, una cifra que aumentará a 16.000 para 2032. En términos relativos, eso significará un agujero de entre cinco y ocho décimas del producto interior bruto (PIB).
Para compensar ese déficit, la principal medida consiste en retrasar progresivamente hasta 2030 la edad mínima de jubilación en dos años, de los 62 actuales a 64.
En paralelo, se acelerará el aumento de 42 a 43 años del periodo de cotización necesario para cobrar una pensión completa, un aumento que previsto en la reforma anterior, durante el mandato del presidente socialista François Hollande (2012-2017): se aplicará en 2027 y no en 2035.
Lo que no cambiará con la ley adoptada hoy por el Parlamento son los 67 años de máximo para tender derecho a una pensión completa si no se ha cubierto el periodo completo de cotización.