La guerra de agresión de Vladímir Putin contra Ucrania vuelve a monopolizar la agenda de la reunión ordinaria de ministros de Exteriores y Defensa de la UE que se celebra este lunes en Bruselas. El principal punto en el orden del día es el plan elaborado por el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, de poner en marcha un sistema de compra conjunta de munición de artillería para ayudar a Kiev, con una dotación de 2.000 millones de euros. Una iniciativa que cuenta con un amplio apoyo entre los Veintisiete, aunque Alemania ya ha anunciado que se desmarca y que contratará los obuses por su cuenta.
En el encuentro del lunes está prevista la participación virtual el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, para informar a los europeos de las últimas novedades en el frente de guerra. El Gobierno ucraniano ha pedido a la UE que le envíe hasta 250.000 obuses al mes para poder frenar a las fuerzas rusas y avanzar en una contraofensiva. Las fuerzas rusas disparan hasta 50.000 proyectiles al día en lo que se ha convertido en una guerra de desgaste en la que Kiev se está quedando sin obuses.
El plan de Borrell se basa en tres pilares que según sostiene son "complementarios" y deben ejecutarse "de forma paralela". Lo más inmediato es lograr que los Gobiernos europeos envíen de forma urgente a Ucrania los obuses que aún tienen en sus reservas, ya sean occidentales o soviéticos.
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Para empujar a las capitales, la UE movilizará un nuevo tramo de 1.000 millones de euros de su Fondo de Apoyo a la Paz, con el fin de cubrir entre el 50% y el 60% del gasto. Sobre este primer pilar sí hay consenso entre los Veintisiete, pero el problema es que las existencias están ya agotadas o al límite en la mayoría de países (con pocas excepciones como Grecia). "No estábamos preparados para esta guerra de desgaste, la expectativa era que si había guerra, sería corta y de alta tecnología", señala un diplomático.
En segundo lugar, Borrell quiere poner en marcha un programa masivo de compra conjunta de municiones de artillería de calibre 155, sumando las necesidades de guerra de Ucrania y la reposición de stocks de los Estados miembros. El jefe de la diplomacia europea había planteado inicialmente que la compra se realizase de forma centralizada a través de la Agencia Europea de Defensa (AED). Pero Alemania ya ha comunicado a sus socios que prefiere ir por su cuenta y no a través de la AED.
El Gobierno de Olaf Scholz argumenta que ya está negociando con su industria armamentística armamentística ampliar los contratos vigentes con el fin de acelerar el suministro de obuses a Ucrania. La vía nacional es menos burocrática y más rápida que recurrir a la Agencia Europea de Defensa, que no tiene ninguna experiencia y empieza desde cero, sostiene Berlín. Eso sí, Scholz está dispuesto a incorporar a su contrato a otros Estados miembros que estén interesados.
A la vista de las reservas de Alemania, la UE ha optado por una solución salomónica. En la reunión de este lunes se acordará que las dos opciones estén disponibles, tanto la Agencia Europea de Defensa como las coaliciones de Estados miembros, de manera que cada país escoja lo que prefiera. El presupuesto de la UE para las compras conjuntas será de otros 1.000 millones de euros.
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La Agencia Europea de Defensa ha identificado a 15 empresas de 11 Estados miembros que pueden fabricar los obuses de calibre 155, entre ellas dos españolas: Expal y la Fábrica de Municiones de Granada. Para acelerar los plazos, la AED recurrirá a un procedimiento negociado sin licitación. El objetivo es que los primeros pedidos se realicen a finales de mayo, aunque los responsables de la Agencia admiten que es un calendario "muy ambicioso". El plazo medio de entrega es de un año, pero Borrell confía que con la compra conjunta se reducirán los tiempos y también el precio.
El tercer pilar del plan de Borrell es el que genera una mayor controversia. Consiste en expandir la capacidad de producción de la industria armamentística europea, utilizando fondos comunitarios con un modelo parecido a los contratos de compra anticipada con la vacuna contra la Covid-19. El jefe de la diplomacia comunitaria quiere movilizar también al Banco Europeo de Inversiones.
Alemania no quiere asumir ahora ningún compromiso de inyectar fondos europeos en la industria militar y pide aplazar la decisión hasta tener propuestas más concretas de Bruselas. Sin embargo, Borrell sostiene que los tres pilares de su plan son indisociables: los Gobiernos sólo entregarán sus últimas existencias de munición a Ucrania si tienen garantías de que la industria será capaz de fabricar cantidades suficientes en plazos asumibles.