El proyecto del Ejecutivo francés para incrementar la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años ha dejado varias protestas en Francia. La reforma de las pensiones impulsada por Emmanuel Macron eleva de 42 a 43 años la carrera completa de cotización y eso ha airado los ánimos de los franceses y ha provocado diez jornadas de manifestaciones hasta la fecha. En la última, más de dos millones de personas salieron a la calle, frente a los 3,5 millones de la convocatoria anterior.
La reforma de Macron ha supuesto un punto de inflexión en la historia de las pensiones en Francia, ya que la edad de jubilación no había experimentado aumento alguno desde 2010, cuando era mandatario Nicolas Sarkozy.
Historia de las pensiones
A principios de los años 80 la edad mínima de jubilación en Francia se situaba en los 60 años. Fue una medida instaurada por el expresidente socialista François Mitterrand que se mantuvo de forma más o menos estable hasta la década de los 90. Fue entonces cuando se produjeron varios intentos de reforma del sistema de las pensiones que siempre han traído enfrentamientos del Gobierno con los sindicatos.
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La primera reforma tuvo lugar en 1993 bajo el gobierno del socialista Mitterrand. Su primer ministro, Édouard Balladur, incrementó el número de años de trabajo de 37,5 a 40 años para lograr una pensión completa en el sector privado. En 1995 el ministro Alain Juppé quiso imponer los 40 años de cotización del sector privado en el sector público. Eso motivó que los sindicatos salieran a protestar y a paralizar los servicios de tren y metro durante casi un mes.
Entre 2007 y 2010, con Sarkozy en el poder, el Gobierno quiso eliminar algunos planes de pensiones de ciertos trabajadores públicos. El presidente, además, aprobó la ley para aumentar la edad de jubilación de 60 a 62 años. Desde entonces no se han vuelto a incrementar los años de jubilación, pero sí se ha seguido reformando el sistema.
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En 2014, el gobierno de François Hollande incrementó los años de cotización para la obtención de la pensión completa fijándola en los 43 años en 2035. Se produjo entonces la famosa huelga de trenes de 2019, la más larga de la historia de los ferrocarriles Société Nationale des Chemins de fer Français (SNCF), la que dio pie a la idea de aumentar la edad de jubilación a los 64 años.
Pensiones de Francia y España
Son 10 los países con la edad de jubilación más atrasada de Europa: Países Bajos, Dinamarca, Grecia, Italia, Portugal, Bulgaria, Islandia, Reino Unido, Irlanda y España, según el Centro Finlandés de Pensiones. Francia, de no ser por la reforma de Macron, se situaría junto a Eslovaquia y Suecia como el país de la Unión Europea con la edad de jubilación más temprana.
Otra diferencia son los años cotizados. En España, actualmente se necesita haber cotizado durante 37 años y nueve meses para cobrar la pensión completa, mientras que en el país vecino se necesitan 43 años cotizados.
Las pensiones en el Estado, por otra parte, se actualizan cada año según evoluciona el IPC. El Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido subirlas un 8,5%, cuando antes el incremento estaba limitado. Algo por lo que Francia no ha tenido que luchar, ya que el aumento de las pensiones según la evolución del IPC era algo que se aprobó hace años. Además, el presidente Macron no pretende cambiar este apartado.
Los años cotizados de un trabajador que tendrá en consideración la Seguridad Social a la hora de calcular la cuantía de su pensión es otro apartado modificado por el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá. Los últimos años de trabajo suelen ser los que más se cobran, ya que acumulan más antigüedad. Escrivá propuso aumentar este periodo de cómputo para que el trabajador pueda escoger entre los últimos 25 o 29 años cotizados. Francia coincide con España en este aspecto, ya que en el sector privado también se cuentan los últimos 25 años cotizados.
La última coincidencia es que el Gobierno busca incrementar los impuestos a las empresas y un poco a los trabajadores para ahorrar para las pensiones. . Con la entrada en vigor del Mecanismo de Equidad Intergeneracional, un trabajador con una nómina de 2.000 euros brutos al mes contribuye con 20 euros más de su salario. Mientras que el coste de la empresa es más elevado. De hecho, España se sitúa como el tercer país en el que más han subido las contribuciones de las empresas a la Seguridad Social en los últimos diez años con 1,6 puntos del PIB. Además, es el tercer país de la Unión Europea donde las empresas abonan más cotizaciones sociales sobre el PIB. El porcentaje de España y Francia es del 10%.
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