El papa Francisco viajará a Lisboa del 2 al 6 de agosto para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) e incluirá una visita al santuario mariano de Fátima, donde ya estuvo en mayo de 2017.
La JMJ, uno de los eventos católicos más multitudinarios que reúne a millones de jóvenes, se celebrará entre los días 1 y 6 de agosto en la capital portuguesa, después de que tuviera que ser aplazada un año debido a la pandemia.
Además de la presencia del papa en los varios actos de la JMJ, también está previsto que Francisco visite el Santuario de Fátima, donde, según la tradición católica, la Virgen se apareció a unos niños por primera vez el 13 de mayo de 1917, y que el Papa ya visitó dos días en mayo de 2017.
"Las JMJ han sido y siguen siendo momentos fuertes para la experiencia de muchos niños, de muchos jóvenes, y la inspiración inicial que movió a nuestro amado papa Wojtyla no ha fallado", expresa el Pontífice en el prólogo del un libro sobre este evento recientemente publicado por la periodista portuguesa Aura Miguel.
"Por el contrario, el cambio de época que estamos experimentando de forma más o menos consciente representa un desafío también y sobre todo para las generaciones más jóvenes", añade.
Se trata de la primera visita del Papa a Lisboa, pero su segunda visita a Portugal. Por el momento no se han dado más detalles de este viaje, que será el tercero de este año confirmado por el Vaticano después del de Hungría y el de República Democrática del Congo y Sudán del Sur, aunque el papa también afirmó que tiene previsto un viaje a Mongolia y Marsella (Francia).
La de Lisboa será la cuarta JMJ presidida por Jorge Mario Bergoglio tras la de Brasil (2013), Cracovia (2016) y Panamá (2019). Inicialmente estaba prevista para 2022, como anunció el Francisco el 27 de enero de 2019 en Panamá, pero luego se trasladó al año siguiente debido a la emergencia del coronavirus.
Polémico sello conmemorativo
El Vaticano anunció la semana pasada que retirará el sello conmemorativo de las Jornadas Mundiales de la Juventud, cuyo diseño generó polémica en Portugal por asemejarse a las imágenes que usaba la dictadura de Salazar para promocionar el colonialismo luso.
La Santa Sede ha justificado que el diseño, elaborado por el Servicio Filatélico del Vaticano, tenía como único objetivo promover el encuentro del Papa con los jóvenes sin ninguna referencia al pasado pero aceptó las críticas y prometió presentar una nueva imagen.
El sello, diseñado por el artista Stefano Morri y emitido por el Vaticano, muestra al papa Francisco seguido por unos jóvenes que portan una bandera de Portugal mientras se encuentran en una plataforma que emula la escultura "Monumento a los Descubrimientos", instalada en la capital lusa durante la dictadura impuesta por António de Oliveira Salazar.
En seguida aparecieron mensajes en redes sociales que comparaban el dibujo con los que divulgaba el Secretariado de Propaganda Nacional del "Estado Novo".