La aparición de vehículos Humvee de EEUU en Belgorod siembra dudas sobre el ataque ucraniano

Desde el principio, Kiev ha tratado de desvincularse de esta incursión militar que ha llevado a las milicias rebeldes a tomar posiciones en varias aldeas, incluido el paso fronterizo de Kozinka en el distrito de Grayvoron. "No tenemos nada que ver", aseguró Mykhailo Podolyak, un asesor del presidente Volodimir Zelenski, poco después de que el gobernador de Belgorod, Vyacheslav Gladkov, alertase sobre la llegada de "un grupo de sabotaje" a territorio ruso el lunes por la mañana.

"Quienes han asumido la responsabilidad son ciudadanos de la Federación Rusa. Esto no puede ser más que un asunto interno", señaló más tarde la viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Malyar. Pero a pesar de estos intentos por desmarcarse de lo ocurrido, que los guerrilleros anti-Putin hayan utilizado vehículos tácticos fabricados en Estados Unidos siembra dudas sobre la verdadera implicación de Kiev en una incursión que recuerda a la de los soldados rusos infiltrados -conocidos popularmente como "hombrecitos verdes"- que irrumpieron en el Donbás y la península de Crimea durante la invasión rusa de 2014.

La imagen del folleto sin fecha muestra a miembros del Cuerpo de Voluntarios de Rusia junto a un vehículo blindado Reuters.

Ha sido el propio líder del Cuerpo de Voluntarios Rusos, el ultraderechista Denis Nikitin, quien ha explicado al Financial Times que sus hombres cuentan con armas occidentales. Nikitin no ha revelado de dónde los ha sacado, pero The Washington Post, entre otros, han verificado algunas de las fotografías difundidas en redes sociales en las que aparecen varios combatientes proucranianos en posesión de vehículos de fabricación estadounidense, como los blindados M1224 MaxxPro y los Humvee.

Precisamente son estos últimos los que aparecen, atascados en una trinchera y gravemente dañados, en las fotografías que compartió el martes el Ministerio de Defensa ruso tras asegurar que había liquidado a más de "70 nacionalistas ucranianos" que habían atacado la región fronteriza de Belgorod. El ejército de Putin también aseguró haber destruido cuatro blindados y cinco camionetas de los rebeldes.

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Representantes de los dos grupos proucranianos han desmentido la información, no sólo a través de las redes sociales, sino a través de entrevistas y ruedas de prensa presenciales. "Las pérdidas totales por la operación ascienden a dos personas muertas y diez heridas", aseguró el miércoles Ilya Ponomarev, antiguo diputado del Parlamento ruso exiliado a Ucrania y actual portavoz de la Legión para la Libertad de Rusia.

En cualquier caso, Moscú ha aprovechado las imágenes de ese material militar estadounidense, cuya localización ha sido verificada por la agencia Reuters, para arremeter directamente contra Occidente. "No es ningún secreto que este equipo se está utilizando contra nuestro propio ejército. Y no es ningún secreto para nosotros que la participación directa e indirecta de los países occidentales en este conflicto crece día a día. Estamos sacando las conclusiones apropiadas", dijo a los medios el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.

stados Unidos ha proporcionado más de 2.000 Humvee a Ucrania, según datos de la Casa Blanca. Así, podría suponerse que los vehículos que Rusia dice haber destruido forman parte de alguno de los paquetes de ayuda militar que ha recibido Kiev. No obstante, otra de las hipótesis que circulan en redes sociales basándose en detalles como la falta de marcas en el suelo es que Rusia haya colocado estratégicamente esos camiones estadounidenses destrozados.

Y es que según Oryx, un blog de inteligencia que contabiliza las pérdidas militares de ambos bandos de la contienda basándose en las fotografías enviadas desde el frente, las fuerzas rusas habrían capturado decenas de Humvee estadounidenses en ofensivas previas.

Los F-16, en peligro

Por su parte, el Pentágono ha reiterado que no aprueba ninguna transferencia de equipo a organizaciones paramilitares fuera del ejército ucraniano y mucho menos para atacar directamente a Rusia. "Como principio más general no alentamos ni permitimos ataques dentro de Rusia y lo hemos dejado claro", señaló el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller. 

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