Vladímir Putin, durante su discurso

Vladímir Putin, durante su discurso Reuters

Europa

Putin se tambalea al no reprimir la 'traición' de Prigozhin: no le imputará y le permite ir a Bielorrusia

La popularidad de Putin sigue cayendo tras lo sucedido con la traición de uno de sus hombres de confianza Yevgueni Prigozhin, líder de Wagner.

25 junio, 2023 03:00
Iván Muñoz Javier Collado

El presidente ruso, Vladímir Putin, se enfrenta a su momento más delicado en los 23 años que lleva en el poder. Al líder ruso siempre se le ha considerado un hombre de carácter duro y fiero que siempre se ha desenvuelto bien en el conflicto. Ahora el conflicto amenaza con devorarlo.

Desde que fue nombrado presidente interino el 31 de diciembre del 1999, Putin jamás se había enfrentado a una crisis como la que está viviendo este fin de semana y es que el mandatario ruso se ha visto traicionado, como ha dicho en su discurso a la nación, por uno de sus hombres de más confianza, Yevgueni Prigozhin, el líder del grupo de mercenarios Wagner. Pero, además, no ha dado el golpe contundente que se le supone a un líder fuerte cuando sufre una rebelión, sentando un peligroso precedente que da alas a sus opositores internos - como la Legión Libertad de Rusia- y externos -como Osetia-. 

Putin se vio sorprendido a última hora del viernes, cuando el Grupo Wagner lanzó sus amenazas contra el Kremlin. La Guardia Nacional se puso en alerta y Moscú se blindó. El despliegue interior de los cuerpos y fuerzas de seguridad se fue incrementando según recibían informes de que efectivos bajo las órdenes de Prigozhin avanzaban y tildó la revuelta de "traición" definiéndola como una "puñalada por la espalda". La estrategia de la sorpresa - que el mismo Putin utilizó en el inicio de la invasión de Ucrania - ha sido la misma que ha utilizado el líder de Wagner para lanzarse a por el poder militar de Rusia.

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Y es que la sorpresa es mayor viniendo del hombre que en 2016, cuando el Kremlin buscaba inclinar las elecciones en favor de Trump, saltó a la palestra con una 'fábrica de trolls' en Internet. Mientras Rusia buscaba expandir su alcance en Siria y África, Prigozhin desplegó su creciente fuerza de mercenarios Wagner en esas regiones, lo que permitió que el Kremlin proyectara poder mientras minimizaba las tropas militares rusas en el terreno.

El último servicio, hasta la fecha, de Prigozhin fue acudir a salvar a Putin cuando más lo necesitaba en Ucrania y después de fracasar la guerra relámpago que tenía pensada para "liberar Ucrania". Así las cosas, y ante un momento en el que Ucrania no termina de caer y Rusia no termina de vencer, el motín de Wagner le ha estallado en la cara.

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Muchos en Rusia consideran que Putin ha fracasado y su popularidad sigue decreciendo, ya que lo que se esperaba por muchos como una conquista rápida como sucediese con Crimea en 2014 no ha sido tal y todos los días mueren soldados en el campo de batalla ucraniano.

Esto, sumado a la 'huida hacia delante' del presidente ruso, que no reconoce que las cosas no han salido como esperaba y gasta ingentes cantidades de dinero en dotar a Wagner y al Ejército de armamento, está llevando a que parte de la población haya perdido la confianza en él.

Además del blindaje de Moscú y del avance implacable de los hombres de Prigozhin hasta que ellos mismos decidieron deponer la ofensiva, también a nivel internacional se ha demostrado la relativa soledad de Putin. Tras la revuelta, llamó en la mañana del sábado a los líderes de Bielorrusia, Uzbekistán, Kazajistán, Turquía e Irán, países con los que ya comparte intereses comunes. No se ha dado muestra, sin embargo, de que China o India hablasen con el mandatario ruso, arropado únicamente por sus socios más directos en el panorama global. 

Prigozhin, héroe y villano

Se da el caso de que ahora mismo Prigozhin es el 'hombre popular' en Rusia, puesto que los opositores al régimen le ven como "el salvador" de la población civil rusa. Así se ha demostrado este sábado en Rostov, cuando los Wagner eran ovacionados al abandonar la ciudad para volver a sus cuarteles tras haber tomado el control del municipio en pocas horas y sin pegar un tiro, según su versión.

Hay que decir que el líder de Wagner no es un pacifista y que la posición que mantiene es la de tomar Ucrania con más fuerza y con mayor decisión por parte de los altos mandos militares. Prigozhin mantiene que a Rusia le falta decisión y él se ha erigido como 'el líder' que el país necesita y el único que puede conseguirlo.

La debilidad demostrada por Putin ante Wagner ha sido subrayada por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en su discurso vespertino del sábado: "Hoy, el mundo vio que los jefes de Rusia no controlan nada. Nada en absoluto (...) El hombre del Kremlin está obviamente muy asustado y probablemente escondiéndose en alguna parte. Estoy seguro de que ya no está en Moscú", señaló, haciéndose eco de especulaciones sobre el paradero del mandatario ruso que se difundieron a lo largo de la jornada.

Lo que sucede es que con la rebelión de Prigozhin ha aumentado la probabilidad de Ucrania de que su contraofensiva pueda llegar a buen puerto y recuperar más territorio. De hecho, desde el Ministerio de Defensa ucraniano se informó de que habían adelantado posiciones en todos los frentes, ante el previsible repliegue y desorganización de las tropas rusas en una jornada caótica en su propio territorio. Además, pensando en el medio plazo, ya se ha comprobado que Wagner es más eficaz y está mejor organizado que el Ejército ruso, preocupado ahora en minar campos en Ucrania. Los grandes avances territoriales en el conflicto lo hicieron los hombres de Wagner, no los militares rusos.

Lo que parece haber salvado a Putin del desastre total es la mediación llevada a cabo por Lukashenko, presidente de Bielorrusia, con Prigozhin para que depusieran su actitud y volviesen a sus bases en un último movimiento cuando el grupo estaba a 300 kilómetros de Moscú. 

Pero Yevgueni Prigozhin no solo anunció que deponían su actitud sino que lo hizo con un guiño a la población entre la que su popularidad sigue en auge: "no derramaremos ni una sola gota de sangre de nuestros combatientes. Estamos en un punto en el que puede llegar a derramarse sangre, por lo tanto, al darnos cuenta de toda la responsabilidad, estamos desplegando nuestras columnas y partiendo en la dirección opuesta a los campamentos de acuerdo con el plan", confirmó el líder de Wagner para dar por extinguido el conflicto.

Por tanto, con la popularidad de Putin en decadencia por la guerra de Ucrania y tras lo sucedido ahora, el líder ruso tiene pocas escapatorias. Está en su momento más bajo y pese a que el motín de Wagner ha sido disuelto, las preguntas se extenderán durante meses aumentando la inestabilidad política y planteando la gran pregunta: ¿Está Putin capacitado para mantener el control del país?