El rabino de Berlín, Yehuda Teichtal tenía un sueño, construir el mayor complejo educativo y cultural judío de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial, y cuando lo contó a sus allegados y a los medios de comunicación alemanes hace ahora más de cinco años le trataron con escepticismo. Pero cinco años después, ahí está.
Teichtal, líder de la comunidad local del movimiento jasídico judío ortodoxo Jabad, disfruta por los pasillos de lo que es su gran obra para la comunidad, "estamos cambiando la narrativa sobre los judíos en Alemania", le decía el rabino a la agencia de noticias Associated Press. Y vaya que si lo han cambiado, desde el séptimo y último piso de este Campus Judío de Pears, recubierto de azulejos azules como "recordatorio del cielo, de Dios y de sus mandamientos" se puede ver un gran anfiteatro, un jardín, el patio del recreo y una parcela que todavía está por definirse.
En la inauguración, el rabino reflexionó sobre el papel de la comunidad judía en Alemania mostrándose feliz porque "quien haya pensado que el Holocausto consiguió desarraigar el judaísmo en Alemania se equivoca. Esta es la respuesta judía, la luz siempre vencerá". Y trasladó, a los allí presentes, las palabras que el presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, le trasladó cuando planteó su idea de crear este espacio: "quien construye, permanece".
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"Nuestro campus judío se trata del futuro, se trata de alegría, de estudiar y vivir juntos", manifestó Teichtal junto con con las más de diez familias de Jabad que van por todo Berlín trabajando en ámbitos relacionados con la vida judía.
El Campus Judío de Pears, en el barrio de Wilmersdorf de la capital alemana, ha abierto oficialmente sus puertas este domingo. Este campus agrupará para el inicio de curso --finales de agosto-- a los 550 estudiantes de las escuelas infantiles, primarias y secundarias de la comunidad Jabad que se encuentran diseminados a lo largo y ancho de toda la ciudad.
Pero este complejo no es solo escolar, también tendrá actividades de ocio y contará con una sala de cine y un estudio de música, una biblioteca, una cancha cubierta de baloncesto, un gimnasio que podrá convertirse en sala multiusos de hasta 600 personas o incluso en sala de celebraciones para bodas y bar mitzvá. Además, también contará con un restaurante con delicatesen kosher.
El nuevo campus está repartido en 8.000 metros cuadrados y ha costado 40 millones de euros que fueron pagados por los gobiernos federal y estatal, empresas privadas, fundaciones y donaciones.
Nueva vida
Cuando a Teichtal, que creció en Brooklyn, se le pidió que acudiese a Alemania hace ya 27 años no se lo tomó bien porque su bisabuelo, junto a varios familiares, fue asesinado en el campo de exterminio nazi en Auschwitz. Pero al final, con la ayuda de su esposa Leah, se dispuso a "llevar la luz a la oscuridad".
Además, la máxima del rabino es que el Campus Judío de Pears no se "sienta como un gueto. Queremos que este sea un lugar feliz, una casa abierta", lo dice porque la mayoría de las instituciones judías en Alemania todavía están escondidas detrás de muros por temor a posibles ataques antisemitas. Pero este nuevo complejo está completamente abierto. Construido cerca del gran centro comunitario que se levantó hace casi veinte años, que alberga una gran sinagoga --nominada para el Premio Alemán de Arquitectura 2006--, una mikve --espacio donde se realizan los baños de purificación--, un centro de visitantes o un salón de actos.
Jessica Kalmanovich, madre de una niña de 6 años y un niño de 3 que asisten a la escuela primaria y a la escuela infantil de Jabad en diferentes barrios de la ciudad, dijo que su familia está ansiosa por la apertura del campus. "Todas las mañanas, cuando pasamos por el campus, mi hijo me pregunta: ‘¿Cuándo estará mi escuela en el edificio azul para que yo empiece a ir allí?’", dijo.
"Nuestros hijos recibirán una buena educación judía allí, estaremos en el centro de la ciudad y ya no tendremos problemas para encontrar comida kosher", destacó. "Seremos muy visibles como judíos en Berlín, pero al mismo tiempo nos sentiremos protegidos".
Exterminio nazi
Berlín fue el hogar de la comunidad judía más grande de Alemania antes del Holocausto. En 1933, año en que los nazis llegaron al poder, vivían en Berlín cerca de 160.500 judíos. Para el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, su número había disminuido a unos 7.000, debido a la emigración y al exterminio por parte de los nazis.
Ahora, casi 80 años después del Holocausto, en el que los nazis mataron a 6 millones de judíos, la comunidad judía de Berlín todavía está muy lejos de llegar a ser lo que fue en el pasado pero se estima que hay entre 30.000 a 50.000 judíos y en este auge, Teichtal ha desempeñado un papel importantísimo.