Bruselas

La fallida rebelión durante el fin de semana del grupo de mercenarios ruso Wagner contra el Kremlin deja al descubierto el "gran error estratégico" cometido por el presidente Vladímir Putin con su guerra de agresión contra Ucrania. Este es al menos el diagnóstico que hace la OTAN, que además promete redoblar su apoyo al Gobierno de Kiev en su contraofensiva para recuperar territorio y mejorar su posición en unas futuras negociaciones de paz.

"Los acontecimientos del fin de semana son un asunto interno de Rusia. Pero también constituyen otra demostración del gran error estratégico que el presidente Putin cometió con su anexión ilegal de Crimea y la guerra contra Ucrania", ha dicho el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, en una comparecencia en Lituania, donde ha viajado para ultimar los preparativos de la cumbre de la OTAN de julio.

"Dado que Rusia continúa con su asalto, es todavía más importante seguir apoyando a Ucrania. Los ucranianos han lanzado una contraofensiva para recuperar territorios ocupados. Y cuantos más territorios sean capaces de liberar, más fuerte será la posición que tengan en la mesa de negociaciones para alcanzar una paz justa y duradera", sostiene Stoltenberg.

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Por otro lado, la OTAN está "siguiendo de cerca la situación en Bielorrusia", el país que ha dado cobijo a Yevgueni Prigozhin, el jefe de Wagner que desafió sin éxito al Kremlin. "Condenamos el anuncio de Rusia de que desplegará allí armas nucleares: es temerario e irresponsable", ha denunciado el secretario general.

"No vemos ninguna indicación de que Rusia se esté preparando para utilizar armas nucleares, pero la OTAN se mantiene vigilante. Si Rusia cree que nos puede intimidar para que no apoyemos a Ucrania, se equivoca: apoyaremos a Ucrania todo el tiempo que sea necesario", asegura.

El secretario general de la OTAN ha anunciado que durante la cumbre de Vilna los aliados aprobarán un plan multianual de apoyo militar a Ucrania. Pero también ha señalado que no habrá ninguna decisión concreta sobre la hoja de ruta o el calendario para que Kiev entre al club, tal y como reclama su presidente, Volodímir Zelenski. Mientras que Polonia y los Bálticos apoyan las pretensiones de Ucrania, Alemania y Estados Unidos se resisten por temor a un conflicto directo con Moscú.

"Las decisiones que tomemos (en Vilna) acercan a Ucrania a nuestra Alianza. Porque el lugar legítimo de Ucrania está en la OTAN. Todos los aliados están de acuerdo en que las puertas de la OTAN siguen abiertas, en que Ucrania se convertirá en un miembro del club y en que la decisión corresponde a los aliados y a Ucrania: Rusia no tiene el veto", se ha justificado Stoltenberg.

Ante la falta de consenso sobre su entrada en la OTAN, los aliados trabajan en ofrecer garantías de seguridad bilaterales a Ucrania como solución provisional para evitar una nueva agresión de Moscú en el futuro. "Una vez que la guerra termine, debemos establecer acuerdos para la seguridad de Ucrania, para que la historia no se repita", ha explicado el secretario general de la OTAN.