Gases lacrimógenos, incendios... El homenaje al joven muerto en Nanterre degenera en violencia

Francia vuelve a estar en llamas. No es la primera vez en lo que va de 2023, un año marcado por las constantes manifestaciones y huelgas contra la polémica reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron. No obstante, esta vez la chispa que ha provocado el incendio social ha sido la muerte de un joven de origen argelino de 17 años que murió tras recibir los disparos de la policía en Nanterre, un suburbio al oeste de París.

Tras dos noches de altercados en varias zonas del país, esta tarde del jueves, la marcha blanca organizada para homenajear la memoria del menor, Nahel, ha degenerado de nuevo en violentos enfrentamientos entre manifestantes y agentes. 

Según informa la prensa local, como Le Monde o Le Figaro, la marcha ha transcurrido de manera pacífica hasta el final. Luego, un grupo de jóvenes enmascarados han empezado a destrozar el mobiliario público, como las marquesinas del autobús, y a quemar contendores y coches.

La gente asiste a una marcha en homenaje a Nahel, un adolescente de 17 años asesinado por un oficial de policía francés durante una parada de tráfico, en Nanterre , suburbio de París, Francia. Reuters

Por su parte, la policía ha disparado gases lacrimógenos y ha cargado contra los manifestantes cuando algunos de ellos han tratado de atravesar las barreras de protección colocadas cerca de un edificio gubernamental. Algunos han levantado barricadas en las carreteras, lanzado proyectiles contra las autoridades y saqueado algunos establecimientos.

En la concentración, convocada por la madre de Nahel, han participado cerca de 6.200 personas, según los datos de la Prefectura (la Delegación del Gobierno). En ella se han podido ver pancartas con el lema de "La policía mata"y escuchar el eslogan de "sin justicia, no hay paz". También se ha pedido en numerosas ocasiones la dimisión del ministro del Interior, Gérald Darmanin, según recoge Efe. 

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La tensión en las calles de Francia es tal que el Ejecutivo de Macron ha tenido que convocar una reunión de crisis este jueves en la que ha decidido sacar a la calle a 40.000 policías y gendarmes para tratar de contener la situación y evitar que estalle de nuevo la violencia esta noche. Asimismo, en la región de París se ha decidido parar a partir de las 21:00 horas la circulación de todos los tranvías y autobuses. "La respuesta del estado debe ser extremadamente firme", ha indicado Darmanin.

Los disturbios, que la madrugada del jueves dejaron 150 detenidos, han revivido los recuerdos de los altercados de 2005 que matuvieron a Francia en vilo durante tres semanas y obligaron al entonces presidente Jacques Chirac a declarar el estado de emergencia. 

En aquella ocsasión, la violencia se desató en el suburbio parisino de Clichy-sous-Bois y se extendió por todo el país después de que dos jóvenes muriesen electrocutados en una subestación eléctrica mientras se escondían de la policía.