Los mercenarios del Grupo Wagner ya no combatirán más en Ucrania. Así lo ha dejado claro el comité de defensa de la Duma (cámara baja del Parlamento ruso), Andrei Kartapolov, este jueves en declaraciones recogidas por la agencia de noticias rusa Tass.
Es una de las consecuencias del motín fallido que el jefe de la organización mercenaria, Yevgeny Prigozhin, montó el fin de semana. Al parecer, según Kartapolov, la expulsión de los combatientes de Wagner del campo de batalla se debe a que Prigozhin no firmó los contratos necesarios para formalizar la situación de sus hombres.
"Todos los grupos que realicen misiones de combate deben firmar un contrato con el ministerio de Defensa", ha indicado Kartapolov, que ha recordado que esta medida se tomó varios días antes de la rebelión de la semana pasada.
Según Kartapolov, Prigozhin no estaba de acuerdo con ello, como bien dejó claro por las redes sociales, y no ha firmado los papeles, por lo que se le ha informado de que "Wagner no participará en la operación militar especial". "Es decir, no se van a destinar fondos, recursos materiales", ha añadido Kartapolov, según Tass.
Según el legislador, Prigozhin cometió traición debido a sus "ambiciones desorbitadas", al dinero y a lo que calificó de "estado de excitación". En su comparecencia en la sesión de este jueves en la Duma, Kartapolov añadió que el "señor Prigozhin" de preocuparse solamente por el dinero, según una traducción ofrecida en Twitter por Anton Gerashchenko, asesor del ministro del Interior de Ucrania.
Pese al fin de las operaciones del grupo Wagner en el frente ucraniano, los mercenarios de Prigozhin mantendrán en funcionamiento sus actividades en Siria y diversos puntos del continente africano.
Siria
Rusia inició oficialmente operaciones militares en Siria en 2015 en apoyo del presidente Bachar al Asad, desplegando su fuerza aérea desde la base aérea de Hmeimim y utilizando contratistas, entre ellos Wagner, para algunas operaciones terrestres y en funciones de seguridad. El grupo se hizo cargo de la seguridad del campo petrolífero de al-Shaer.
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Wagner ha reclutado a antiguos combatientes rebeldes sirios en zonas retomadas por Asad, incluso para utilizarlos como mercenarios en Libia a partir de 2019. Mientras tanto, la base aérea de Hmeimim se ha convertido en un nodo crítico en las operaciones logísticas globales de Wagner como punto de tránsito para vuelos entre Rusia, Oriente Medio y hacia África a través de bases aéreas en Libia.
Libia
El grupo paramilitar entró en Libia en 2019 para ayudar al comandante oriental Jalifa Haftar en su asalto a Trípoli para expulsar al Gobierno reconocido internacionalmente. El Departamento de Defensa de Estados Unidos dijo en 2020 que el apoyo de Wagner a Haftar parecía haber sido pagado por los Emiratos Árabes Unidos, que respaldaban al caudillo junto con Rusia y Egipto, regún Reuters.
Los observadores de sanciones de la ONU informaron en 2020 de que Wagner había desplegado hasta 1.200 personas en Libia y el Mando Militar de Estados Unidos en África afirmó que había aviones militares rusos que suministraban cazas a los mercenarios allí. Además de traer combatientes sirios como mercenarios, Wagner trabajó junto a combatientes extranjeros de Sudán, Chad y otros lugares.
Tras el fracaso de la ofensiva de Haftar en 2020, Wagner permaneció en Libia con presencia en Jufra y otras bases aéreas en el sur y el este que, según los investigadores, utiliza como trampolín hacia otros emplazamientos en África.
República Centroafricana (RCA)
Los mercenarios rusos intervinieron por primera vez en 2018 del lado del Gobierno para sofocar una guerra civil que se ha extendido desde 2012. El embajador ruso en la República Centroafricana dijo en una entrevista en febrero con la agencia de noticias estatal rusa RIA que 1.890 "instructores rusos" estaban presentes en el país. Los analistas han dicho que Wagner recibió derechos de tala y el control de una mina de oro en la RCA.
Mali
Tanto Rusia como Mali han afirmado que los combatientes rusos no son mercenarios, sino instructores que ayudan a las tropas locales a luchar contra la insurgencia de militantes islamistas, que dura ya una década. Los dirigentes de Mali tomaron el poder en un golpe de Estado en 2021 y contrataron a Wagner tras pedir a la misión militar francesa que se marchara. El Gobierno contrata directamente a la organización paramilitar rusa, y paga alrededor de 10,8 millones de dólares al mes por sus servicios.
Sudán
Las naciones occidentales y los diplomáticos dicen que Wagner ha estado involucrado en la extracción de oro, la difusión de desinformación y los esquemas para suprimir las protestas a favor de la democracia en Sudán, ya que Rusia ha tratado de influir en los acontecimientos antes y después del derrocamiento de Omar al Bachir en 2019.
Aunque Moscú mantiene vínculos con las dos facciones militares enfrentadas en Sudán desde el 15 de abril, se cree que Wagner mantiene una relación con las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) y no con el Ejército.
Wagner niega estar operando en Sudán, afirmando que su personal no ha estado allí desde hace más de dos años y que no tiene ningún papel en los combates. Sin embargo, en mayo Estados Unidos acusó a Wagner de suministrar misiles tierra-aire a las RSF, "contribuyendo a un conflicto armado prolongado que sólo provoca más caos en la región".