La tercera noche de disturbios en Francia deja un total de 500 edificios públicos y 1.900 vehículos incendiados pese a la movilización de 40.000 policías y gendarmes por el Gobierno, que insiste en que su prioridad es "restablecer el orden republicano".

Esas cifras de destrucciones Protección Civil, filtradas por la cadena BFMTV este viernes, muestran la amplificación de las protestas, que en muchos casos se han dirigido contra ayuntamientos, escuelas, comisarías, tribunales, pero también centros de impuestos, bibliotecas o depósitos de autobuses.

La primera ministra, Élisabeth Borne, que esta mañana estuvo en Evry para comprobar los daños causados en esta ciudad del extrarradio de París junto al titular de Interior, Gérald Darmanin, hizo hincapié en que los autores de eses actos son "individuos muy violentos" y "muy jóvenes" que "no son representativos de los habitantes".

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En relación al importante número de jóvenes que han participado en las protestas, Macron pidió hoy a los padres "responsabilidad" para que sus hijos no participen en los disturbios. "Pido a los padres responsabilidad para que sus hijos se queden en casa", subrayó Macron al término de una reunión de la célula de crisis interministerial creada por ls tumultos que se producen en Francia desde hace tres noches.

El presidente no anunció la declaración del estado de emergencia. El Gobierno se lo había llegado a plantear debido al importante número de altercados que se siguen registrando en Francia. 

A primera hora de la mañana, Borne se había reunido en su residencia oficial de Matignon con varios ministros para evaluar lo ocurrido durante la noche en la que al menos 667 personas fueron detenidas por su participación en los altercados y 249 policías y gendarmes resultaron heridos, ninguno de gravedad.

La primera ministra señaló entonces que los actos de violencia "son insoportables e inexcusables y manifestó su apoyo a los policías, gendarmes y bomberos que han tenido que intervenir.

LA ONU AVISA

La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos pidió hoy a Francia que aborde seriamente "los profundos problemas de racismo y discriminación" de sus fuerzas del orden, después de la muerte del joven de origen norteafricano Näel el 27 de junio en el suburbio parisino de Nanterre, tras ser presuntamente abatido a tiros por un policía.

Shamdasani citó varios casos de saqueos callejeros en las últimas noches en distintas ciudades francesas y reportó que varios agentes de Policía han resultado heridos durante las protestas.

En este sentido, la portavoz pidió a la Policía francesa que haga uso de la fuerza respetando los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad, no discriminación, precaución y rendición de cuentas.