Fracasa el último intento de desbloquear la entrada de Suecia en la OTAN antes de la cumbre que se celebra en Vilna la semana que viene. En una reunión de emergencia celebrada este jueves en la sede de la Alianza Atlántica en Bruselas, Turquía ha rechazado levantar su veto a Estocolmo. Y ello pese a la intensa presión ejercida en los últimos días tanto por el secretario general, Jens Stoltenberg, como por el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Sin embargo, Stoltenberg no se rinde y ha convocado una reunión de emergencia entre el presidente turco, Recep Tayipp Erdogan, y el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, en la capital lituana el lunes, justo antes del inicio de la cumbre. El secretario general de la Alianza Atlántica todavía espera una "decisión positiva", aunque admite que "no hay garantías".
En una decisión histórica, Suecia y Finlandia solicitaron en mayo de 2022 entrar en la OTAN, poniendo fin a su tradicional política de neutralidad militar, en respuesta a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. Los aliados aprobaron su ingreso en el club en la cumbre de Madrid hace ahora un año. Finlandia completó su entrada el pasado mes de abril, pero Suecia se ha quedado descolgada porque ni Turquía ni Hungría han ratificado su protocolo de adhesión.
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Erdogan acusa al Gobierno de Estocolmo de dar cobertura en su territorio a activistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que está incluido en la lista negra de organizaciones terroristas de la UE. En la cumbre de Madrid, Turquía firmó un protocolo trilateral con Suecia y Finlandia para resolver esta cuestión, pero sostiene que los suecos aún no han cumplido su parte. Por su parte, Hungría no ha dado razones claras para su retraso en la ratificación.
En un intento final de llegar a un acuerdo antes de Vilna, Stoltenberg había convocado una reunión este jueves a cuatro bandas con Turquía, Suecia y Finlandia. Previamente, Biden ha recibido este miércoles a Kristersson en la Casa Blanca para escenificar su apoyo a la entrada de Suecia en la OTAN. Pero esta presión no ha servido para nada, ya que el encuentro de Bruselas no ha dado resultados concretos.
"Suecia ha dado algunos pasos por lo que se refiere a los cambios legales y ha eliminado restricciones de la industria de defensa contra Turquía. Los cambios legales deben ahora ponerse en práctica", ha dicho el ministro turco de Exteriores, Hakan Fidan, al término de la reunión. "Esperamos una posición positiva la semana que viene, pero se trata por su puesto de una decisión turca", apunta su homólog sueco, Tobías Billström.
Por su parte, el secretario general de la Alianza Atlántica ha resaltado que la entrada de Estocolmo "traerá importantes beneficios militares a toda la Alianza". Sumar a Suecia "proporcionará un escudo ininterrumpido desde la región del Mar Negro hasta la del Báltico", sostiene Stoltenberg.
En contra de lo que sostiene Turquía, el secretario general de la Alianza Atlántica asegura que Suecia sí ha cumplido todos los compromisos que asumió en Madrid. En particular, ha reformado su Constitución y ha aprobado nueva legislación antiterrorista, ha levantado el embargo de armas que tenía sobre Turquía y ha extraditado a militantes del PKK.
"Cualquier retraso adicional en la adhesión de Suecia sería celebrado por el PKK y el presidente Putin", insiste Stoltenberg. "La entrada de Suecia está al alcance de la mano", ha concluido.