Bruselas

Durante los primeros 500 días de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, la OTAN ha logrado mantener contra todo pronóstico una unidad sin fisuras en su apoyo al Gobierno de Kiev. Sin embargo, esta unidad se ha resquebrajado de forma acelerada durante los preparativos de la decisiva cumbre de la Alianza Atlántica que empieza este martes en la capital de Lituania, Vilna. Lo que divide a los 31 jefes de Estado y de Gobierno es el principal punto de la agenda de Vilna: la petición de Volodímir Zelenski de entrar de forma acelerada en el club.

Zelenski reclama de esta cumbre una invitación a Ucrania para adherirse a la OTAN, o como mínimo una hoja de ruta con un calendario claro. Y para ello ha lanzado una ofensiva diplomática en los últimos días con visitas a Bulgaria, República Checa, Eslovaquia o Turquía. "Es el mejor momento para aforecer claridad sobre la invitación a Ucrania para convertirse en miembro", ha tuiteado este lunes el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba.

En esta petición, Ucrania cuenta con el respaldo de Polonia y los Bálticos. Estos países sostienen que la entrada en la OTAN es la única manera eficaz (y también la más barata) de disuadir a Rusia de una nueva agresión contra Kiev en el futuro. Y eso gracias a la cláusula de defensa colectiva (el artículo 5 del Tratado de Washington), que obliga a todos los aliados a salir en defensa de cualquiera de ellos que sufra un ataque.

[Cumbre clave de la OTAN en Vilna: garantías para Ucrania, entrada de Suecia y más gasto militar]

En el extremo contrario se encuentran Estados Unidos y Alemania, que alegan en primer lugar que Kiev no cumple los requisitos en materia de reforma democráticas. Una posición qeu comparte también España. Pero su principal inquietud es que la adhesión de Ucrania aboque a la OTAN a una guerra abierta con Rusia precisamente por la activación del artículo 5.

Esta tensión interna ha quedado al descubierto en la rueda de prensa conjunta de presentación de la cumbre que han dado Jens Stoltenberg y el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, anfitrión del encuentro. Nauseda ha reclamado a la OTAN enviar "una señal muy clara de que la adhesión es realmente posible cuando las condiciones lo permitan". "Debemos evitar que la entrada de Ucrania se convierta en un horizonte que cuanto más caminas hacia él, más se aleja", ha dicho.

Por su parte, el secretario general -cuya función es buscar el consenso entre los 31 aliados- ha insistido en que "lo más urgente ahora es garantizar que Ucrania prevalezca como nación soberana e independiente en Europa, porque en caso contrario no habrá nada que discutir sobre la adhesión".

En contra de lo habitual, los expertos no han sido capaces de ponerse de acuerdo sobre la redacción del comunicado de la cumbre de Vilna en lo que a la adhesión de Ucrania se refiere: la última palabra la tendrán los líderes. "No se ha adoptado una decisión final, pero en la cumbre estoy absolutamente seguro de que tendremos unidad y un mensaje fuerte sobre Ucrania", explica Stoltenberg.

Como alternativa a un calendario de adhesión, el secretario general de la Alianza Atlántica ofrece a Kiev un paquete de apoyo con tres pilares: un plan multianual de ayuda militar para garantizar la interoperabilidad entre las fuerzas ucranianas y las fuerzas de la OTAN; un ascenso en el nivel de relaciones políticas con la creación de un Consejo OTAN-Ucrania (que se reunirá por primera vez el miércoles con la asistencia de Zelenski); y la eliminación de la exigencia de un Plan de Acción para la Adhesión para cuando se concrete este horizonte.

"No creo que haya unanimidad en la OTAN sobre si incluir a Ucrania en la familia de la OTAN ahora, en este momento, en medio de una guerra", ha explicado el presidente estadounidense, Joe Biden, en una entrevista a la CNN justo antes de viajar a Europa para la cumbre de Vilna.

"Por ejemplo, si se hiciese eso -y hablo en serio- estaríamos dispuestos a defender cada centímetro de territorio OTAN. Es un compromiso que todos hemos asumido pase lo que pase. Si la guerra continúa, entonces todos estaríamos en guerra. Estaríamos en guerra con Rusia, si se produce este escenario", alega Biden.

En lugar de la entrada en la Alianza Atlántica, Estados Unidos y otros países (entre los que están Reino Unido, Francia o Alemania) han ofrecido a Kiev negociar de forma bilateral -al margen de la OTAN- una serie de "garantías de seguridad" similares a las que que tiene Washington con Israel, según explica el presidente estadounidense en la entrevista con CNN.

Estas garantías -en las que se trabaja contrarreloj con el fin de hacerlas públicas durante la cumbre de Vilna- incluirían ayuda militar a largo plazo, entrenamiento para el Ejército Ucraniano y asistencia en materia de inteligencia, pero no prevén una cláusula de defensa mutua en caso de una nueva agresión del Kremlin. Por eso los aliados más estrechos de Kiev las consideran como una especie de maniobra de distracción en el debate sobre la entrada en la OTAN.

"Necesitamos pasos prácticos y concretos en el camino hacia la entrada en la OTAN", ha reclamado la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, en una entrevista al Financial Times. "Tengo la sensación de que hablar de garantías de seguridad en realidad desdibuja el panorama. La única garantía de seguridad que realmente funciona y es mucho más barata que cualquier otra cosa es la pertenencia a la OTAN", sostiene Kallas.