El papa Francisco ha reprochado este miércoles a Europa que no ofrezca "caminos creativos" para acabar con la guerra en Ucrania, afirmando "percibimos la falta de rumbos valientes hacia la paz". El pontífice ha centrado su discurso a las autoridades portuguesas, con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud que se está celebrando en Lisboa, en el papel del viejo continente en la paz mundial y ha sido especialmente duro con su inversión en armamento.
"Tu tecnología, que ha marcado el progreso y globalizado el mundo, por sí sola no es suficiente; menos aún las armas más sofisticadas, que no representan inversiones de futuro, sino el empobrecimiento del verdadero capital humano, el de la educación, la sanidad, el estado de bienestar", ha asegurado.
El Papa ha sostenido que Europa "podrá aportar, dentro del escenario internacional, su originalidad específica" y la ha llamado a "abrir caminos de diálogo e inclusión, desarrollando una diplomacia de paz que apague los conflictos y alivie las tensiones". Seguidamente, ha mostrado su preocupación cuando "uno lee que en muchos lugares se invierte continuamente en armamento, en lugar de hacerlo en el futuro de los hijos".
Sin embargo, pese a haber mencionado explícitamente la guerra de Ucrania y haber hecho mención al papel de los países europeos en el envío de armas al país, el papa Francisco ha seguido la línea de otros discursos, eludiendo criticar de forma directa a Rusia.
Al hablar de la guerra en Ucrania, el pontífice siempre ha lanzado mensajes para lograr de paz (el Vaticano incluso ha puesto en marcha una misión para intentar acabar con la guerra) y también ha condenado la "crueldad" de las tropas rusas en el terreno. Pero al mismo, suele evitar la crítica a Putin y ha llegado a declarar que la invasión de Ucrania por parte de Moscú fue "quizás provocada de alguna manera".
Así lo dijo en una entrevista con la revista jesuita La Civiltà Cattolica, recordando las advertencias sobre los movimientos de la OTAN cerca de la frontera con Rusia. Por ello, en esta JMJ ha incidido en que "sueño con una Europa, corazón de Occidente, que utilice su ingenio para apagar focos de guerra y encender luces de esperanza; una Europa que sepa reencontrar su alma joven".
Aborto y eutanasia
En su discurso, el pontífice argentino ha tratado otros grandes problemas globales como el cambio climático o las crisis migratorias y ha puesto el foco en "los niños no nacidos y ancianos abandonados a su suerte". Así, ha lamentado una Europa y un Occidente que descartan a los ancianos, construyen muros de alambre de espino y donde suceden "las tragedias en el mar y las cunas vacías".
Más allá de las críticas, Bergoglio ha presentado tres "laboratorios de esperanza", uno de ellos enfocado justamente en el desarrollo de la familia. En este sentido, ha lamentado que haya muchos factores que "desaniman" a los jóvenes a tener hijos, como "la falta de trabajo, los ritmos frenéticos en los que están inmersos, el aumento del coste de la vida, la dificultad para encontrar vivienda".
Aunque, en su opinión, lo "más preocupante" es "el miedo a formar una familia y traer hijos al mundo". Ha vuelto a arremeter contra Occidente donde "asistimos a una triste fase descendente de la curva demográfica".
"El progreso parece ser una cuestión de avances técnicos y de comodidades individuales, mientras que el futuro exige contrarrestar la disminución de la natalidad y el declive de las ganas de vivir".
"¿Hacia dónde van si, ante el dolor de vivir, ofrecen remedios superficiales y equivocados, como el fácil acceso a la muerte, una solución de conveniencia que parece dulce, pero que en realidad es más amarga que las aguas del mar?", ha añadido en una dura crítica a la eutanasia que acaba de ser despenalizada en Portugal.