Ucrania toma fuerzas con la llegada del otoño y los rusos son conscientes de ello. El jefe de la región ucraniana de Donetsk -controlada por Rusia- ha impuesto el toque de queda, prohibiendo la presencia de civiles en las calles y lugares públicos desde las 23:00 horas hasta las 4:00 horas de lunes a viernes, además de cualquier tipo de reunión. "Hemos escuchado que les seguimos causando un infierno y ellos siguen preguntándose cuánta munición nos queda", asegura un comandante destinado a las afueras de Bakhmut, Oleksandr
La contraofensiva continúa también en suelo ruso. Los servicios secretos ucranianos informaron de haber atacado con un dron un edificio del FSB (servicios secretos rusos) en la ciudad rusa de Kursk. A pesar de que "los funcionarios rusos dijeran que, como resultado del ataque, el tejado sufrió supuestamente daños leves", desde Ucrania lo desmienten, asegurando que se trató de "un impacto directo".
Mientras tanto, en Bakhmut -capturada por Rusia en mayo-, las tropas ucranianas utilizan las armas pesadas suministradas por Occidente, causando daños significativos a las líneas enemigas según señalan comandantes ucranianos. Tras la captura la semana pasada de la estratégica aldea de Klishchiivka, las tropas ucranianas han elogiado los obuses de 155 milímetros como equipo clave, habiendo sido proporcionado por Estados Unidos y los aliados de la OTAN .
Los comandantes ucranianos han descrito la captura de Klischiivka -un pueblo en las alturas al sur de la devastada ciudad de Bakhmut- y la cercana Andriivka como peldaños para recuperar Bakhmut , que cayó en manos de los rusos después de meses de algunos de los combates más intensos de la guerra. "Veremos qué sigue. Desarrollaremos nuestro éxito", afirmó Oleksandr.
Oleksandr, de 30 años, describió Klishchiivka como "uno de los lugares a los que los rusos se aferraban" y han sido han sido derrotados. Los avances han estado entre los más significativos de la contraofensiva de Ucrania, que comenzó en junio y ha luchado por romper las atrincheradas líneas rusas.
El hecho de que la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, haya insistido a los ciudadanos ucranianos a abandonar Crimea, deja entrever los planes de ataque ucranianos para liberar la península. "Pido a los ucranianos que abandonen Crimea si es posible. Por favor, esperen la desocupación de la península en el territorio controlado o en terceros países", insitió.
A pesar del lento avance, el ejército ucraniano asegura haber penetrado en las primeras líneas de defensa en el frente sur, en las últimas semanas. Afirman, además, que en uno de esos ataques han conseguido matar a "altos mandos" de la Marina rusa en un ataque contra un cuartel general en Crimea. El jefe del servicio de inteligencia de Kiev, Kyrylo Budanov, señaló en declaraciones a Voice of America que en el ataque murieron "al menos nueve personas",
"En el flanco izquierdo hemos logrado un avance y seguimos avanzando", aseguró el general ucraniano Oleksandre Tarnavski en una entrevista con la CNN.
La paz aún está lejos
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo el sábado que el plan de paz propuesto por Ucrania, así como las últimas propuestas de la ONU para revivir la iniciativa de cereales del Mar Negro, "no eran realistas" y que "todo el mundo lo sabe, pero al mismo tiempo dicen que es la única base para las negociaciones". Además, denunció que Estados Unidos y Europa "miran por encima del hombro" al resto del mundo en medio de una batalla para ganarse a los países en desarrollo.
Lavrov dijo a los periodistas que el plan de paz de 10 puntos promovido por Kiev era "completamente inviable" y que el conflicto se resolvería en el campo de batalla si Ucrania y Occidente lo mantenían.
Tanto Lavrov como Zelenski, que viajaron a Nueva York para dirigirse personalmente a las Naciones Unidas por primera vez desde la invasión rusa, asistieron a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Ucrania, pero no se cruzaron.
Lavrov dijo que visitaría Pyongyang el próximo mes para continuar las negociaciones con su homólogo norcoreano tras los recientes acuerdos alcanzados por el presidente ruso Vladimir Putin y Kim Jong Un en Moscú.