Las tropas de asalto, o Sturmabteilung (SA), de Adolf Hitler se han colado en la política contemporánea de Alemania. Este grupo de "vagos, bebedores, perdedores, homosexuales, rufianes y asesinos" nazis según los definían en su día, tenía un particular grito de guerra. "¡Todo por Alemania!", exclamaban los integrantes de la que era la organización paramilitar dedicada a incendiar y amedrentar en las calles al servicio del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, el partido nazi. Esas palabras, dado el funesto pasado del nazismo, están proscritas en Alemania.
Bien lo sabe, por ejemplo, Björn Höcke, líder en el Land de Turingia del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD). Este político es la figura más destacada del ala más radical de esa formación. Es diputado en Turingia y lleva años de problemas con la Justicia. No en vano, le han levantado siete veces la inmunidad parlamentaria. Recientemente ha trascendido que está denunciado por haber gritado en un mitin allá por 2021: "¡Todo por nuestra patria! ¡Todo por Sajonia-Anhalt! ¡Todo por Alemania!".
Con el Código Penal alemán en la mano, en esa expresión puede verse "distribución de material de propaganda de organizaciones anticonstitucionales", lo que se llega a castigar con tres años de cárcel o una multa. Así lo establece el artículo 86 del Código Penal alemán, que es el que prohibe la producción, distribución, exhibición de símbolos del Tercer Reich y la difusión de propaganda anticonstitucional.
Pese a casos como el de Höcke, en AfD los hay que no parecen aprender. De esto mismo han dado cuenta las noticias que han llegado de la campaña electoral en Baviera, rico Land del sur germano que celebra elecciones este domingo y según las cuales la formación de ultraderecha ha usado carteles con las palabras de las SA que retomara Höcke en 2021.
En Baviera, durante varios días de la campaña aparecieron carteles con ese eslogan en la circunscripción de la ciudad de Passau (sureste germano) donde es candidato Johann Meier, político de AfD. En el cartel se leía, claramente, las tres "palabras prohibidas" que usaban los paramilitares de Hitler.
"Nosotros hacemos", comenzaba el mensaje electoral de marras, antes de poner las siguientes palabras una debajo de otra: "Todo", "por", "Alemania". Se da la circunstancia de que, en alemán, la expresión Alles für Deutschland –o "Todo por Alemania"– ofrece las mismas siglas que AfD.
Estas coincidencias, sin embargo, no justifican que Meier y su equipo hayan querido emplear esa expresión asociada al más traumático pasado reciente de Alemania y Europa. De hecho, Meier y compañía habrían actuado a su aire, sin contar con la luz verde los responsables de AfD en Baviera. Esa es, al menos, la versión de los hechos que han ofrecido los jefes bávaros de la formación de ultraderecha.
Según ha recogido el diario muniqués Süddeutsche Zeitung, Stephan Protschka, líder bávaro del partido de ultraderecha, sostiene que "algo así no tiene cabida en AfD". "Hay ciertos eslóganes que simplemente no se utilizan. 'Todo por Alemania' es uno de ellos", de acuerdo con las explicaciones de Protschka.
De ahí que, al saber de su existencia, la dirección bávara de AfD pidiera que se retiraran los carteles, aunque también es cierto que, cuando Protschka daba sus explicaciones, ya era notica que la policía de Baviera se había ocupado de retirar esa cuestionada parafernalia electoral.
Protschka quería distanciarse del mensaje que recordaba a las SA. Pero no ocurría lo mismo en la recta final en la población de Peißenberg, al sur de Baviera, donde los candidatos locales de AfD invitaron a Höcke a participar en un acto electoral. En una cita así, concretamente en Meseburgo, durante la campaña por las elecciones regionales de Sajonia-Anhalt (este germano), se escuchó a Höcke decir el "¡Todo por Alemania!" que le hace arrastrar cacerolas judiciales de ese estado federado.
AfD triunfa pese al eslogan nazi
Con el apoyo de Höcke, pero ya sin carteles con mensajes que aluden al nazismo, los políticos de AfD acuden a las urnas el domingo con la confianza de que mejorarán el resultado de hace cinco años. En 2018, el partido de ultraderecha logró allí un buen 10% de los votos.
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Los sondeos de intención de voto atribuyen a esta formación un 14%, un porcentaje que permite a esta formación aspirar incluso a quedar como segunda fuerza más votada. La Oficina para la Protección de la Constitución, nombre aquí de los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior, tiene a AfD de Baviera – al igual que la de Turingia y a nivel federal – bajo vigilancia por ser considerada demasiado extremista de derechas.
En Baviera gobierna, desde mediados los años cincuenta del siglo pasado, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), un partido que está hermanado con la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el principal partido de la oposición en el Bundestag. En la Cámara Baja teutona, CSU y CDU forman parte, juntos, del mismo grupo parlamentario, al que la crónica política suele referirse como la "Unión".
La CSU ha aguantado mejor que ningún otro partido en Alemania –y probablemente en Europa– la aparición de una formación de ultraderecha como AfD. Los democristianos bávaros tienen fama de ser más conservadores que la CDU. No en vano, defienden el legado político de uno de sus líderes y presidentes regionales más míticos como es Frank-Josef Strauss. Él fue quien dijo aquello de que: "a la derecha de la CDU/CSU no debe haber otro partido legitimado".
AfD hace tiempo que hizo que esa fórmula perdiera su sentido. Pero eso no quiere decir que Baviera no siga siendo un bastión socialcristiano. Entre otras cosas porque, según el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung, el trabajo de AfD en la última legislatura en Baviera se ha caracterizado por las "provocaciones, peleas y falta de profesionalidad".
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Así, los sondeos de intención de voto para la cita con las urnas de este domingo, conceden a la CSU un 36% de los votos. Con datos así, el presidente bávaro y aspirante a su reelección, el socialcristiano Markus Söder, ha de confiar en renovar su continuidad en el poder.