Italia despertó el viernes con una noticia inesperada que durante toda la jornada monopolizó las tertulias televisivas e incluso abrió el informativo matutino de la RAI, la televisión pública del país transalpino: La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, puso punto y final a su relación con el padre de su única hija, el periodista Andrea Giambruno.
"Mi relación con Andrea Giambruno, que ha durado casi diez años, termina aquí. Le doy las gracias por los maravillosos años que pasamos juntos, por las dificultades que atravesamos y por darme lo más importante de mi vida, que es nuestra hija Ginevra", escribió la jefa del Gobierno italiano en una publicación en las redes sociales acompañada por una foto de ambos junto a su hija de siete años. La líder del partido Hermanos de Italia explicó que la pareja no atravesaba un buen momento, pero evitó entrar en detalles sobre las razones que la habían empujado a romper con el comunicador. "Hace tiempo que nuestros caminos se separaron y ha llegado el momento de reconocerlo", añadió.
La decisión de la primera ministra italiana no habría trascendido probablemente la esfera privada de la pareja si no se hubiera producido tras la filtración de un polémico vídeo en el que el periodista realiza comentarios vulgares y sexistas a varias compañeras del programa de actualidad que presenta en Rete 4, una cadena de televisión que pertenece al grupo Mediaset, propiedad de los hijos del desaparecido Silvio Berlusconi, cuyo partido, Forza Italia, forma parte de la coalición de gobierno que lidera Meloni.
En el primer vídeo emitido por el programa satírico Striscia la Notizia en Canale 5, la primera cadena del grupo Mediaset, aparece Andrea Giambruno tratando de coquetear con su compañera en el estudio durante una pausa publicitaria, al mismo tiempo que se toca los genitales o presume de flequillo. "¿Por qué no te he conocido antes?", le pregunta en un determinado momento mientras ella trata de ignorarlo.
Pero la gota que habría acabado con la paciencia de la primera ministra fueron los audios emitidos un día más tarde. En ellos se oye al periodista saludando a una mujer –"¿Cómo te llamas? ¿Ya nos conocemos? ¿Dónde te he visto antes? ¿Estaba borracho?"– para proponerle a continuación hacer un trío con otra compañera de televisión con la que dice tener una relación. "¿Estás comprometida? ¿Eres una persona de mente abierta? ¿Sabes que yo y [nombre omitido por el programa] estamos teniendo una historia? Todo Mediaset lo sabe, pero buscamos un tercer participante porque hacemos tríos, incluso cuartetos".
El periodista le pregunta si se unirá al "grupo de trabajo" y cuando su compañera le responde afirmativamente, le dice que tiene que darles "algo a cambio". Ella, de la que no ha trascendido su identidad, pregunta si hay "alguna prueba de aptitud" y Giambruno responde: "Sí, se folla". Todo ello mientras se escucha a la ya expareja de Meloni decir frases como: "¿Me puedo tocar el paquete mientras hablo contigo?", a lo que la mujer responde que ya lo está haciendo.
No es la primera vez que el presentador pone en aprietos a la primera ministra. En agosto, después de conocerse el caso de una violación en grupo a una joven en Palermo, Giambruno aconsejó a las mujeres no emborracharse para evitar enfrentarse a una agresión sexual, "porque después encuentras al lobo", dijo el presentador durante una tertulia en directo. La polémica suscitada por las afirmaciones del periodista obligaron a Meloni a salir en su defensa durante una rueda de prensa posterior. "Creo que Andrea Giambruno quería decir lo mismo que me decía mi madre cuando era joven y salía de casa: estate atenta y con los ojos bien abiertos". "Lo atacan porque me ama", zanjó la primera ministra, al mismo tiempo que instó a los periodistas a no ser nunca más cuestionada por las declaraciones de su pareja.
Unos días antes, el periodista ya había sido noticia por un ataque al ministro alemán de Sanidad, que había reflexionado en las redes sociales sobre el fin del turismo en Italia debido al progresivo aumento de las temperaturas y el calor asfixiante en la capital italiana, mientras disfrutaba de unas vacaciones en Roma. "¿Hace demasiado calor en Italia? Si no estás bien, quédate en casa. Vete a la Selva Negra", lanzó desde su estudio televisivo. Sin embargo, el momento más crítico llegó cuando se refirió a la llegada masiva de migrantes a Lampedusa durante la reciente emergencia como "trashumancia". "Un término completamente inoportuno e inapropiado", tuvo que reconocer más tarde pidiendo excusas públicamente.
Las continúas polémicas en las que se ha visto envuelto el periodista unido a los comentarios fuera de lugar en su entorno laboral conocidos los últimos días no sólo han precipitado el fin de la relación de su relación con Meloni, sino que podrían dejarle también sin trabajo. De momento, Mediaset ha anunciado que el comunicador se había "autosuspendido" y permanecerá una semana alejado de la pequeña pantalla, mientras que en Italia algunos medios publicaron que la compañía iniciará un procedimiento disciplinario que podría significar su despido inminente.
La separación sorprendió en Italia porque esta misma semana el presentador concedió una extensa entrevista a una revista del corazón en la que habló sobre su vida al lado de la jefa del Gobierno italiano. "Nos casaremos cuando nos apetezca. O quizá ya lo estamos [casados] y no lo hemos dicho a nadie", declaró el periodista cuestionado por un futuro matrimonio con Meloni, con quien no llegó nunca a pasar por el altar a pesar de la defensa a ultranza de la familia tradicional que propone el partido de la primera ministra.
Casi una década de relación
La ya expareja se conoció en 2014 cuando ella era la líder de un pequeño partido de ultraderecha en la oposición, Hermanos de Italia, y él trabajaba como periodista detrás de las cámaras en un programa de Mediaset. Ese día ella tenía que ser entrevistada y llegó con el tiempo justo y sin cenar. Durante una pausa, pidió algo para picar y le trajeron un plátano. Acabada la publicidad, Giambruno corrió para quitarle la fruta. "Sólo me faltaba Meloni con un plátano en directo", contó él años después. Ella, por su parte, se sintió desde el primer momento "atraída por ese hombre tan hermoso como el sol", escribió en su biografía Yo soy Giorgia. Poco después coincidieron de nuevo y Meloni le pidió el teléfono.
"Andrea es uno de los pocos hombres en el mundo capaces de no sufrir si tienen a su lado a una mujer fuerte, nunca ha tenido miedo de mi papel de jefa", aseguraba la primera ministra italiana en una reciente entrevista.
Hasta su llegada a la presidencia del Gobierno italiano hace justo un año, la pareja mantuvo una relación discreta, alejada de los 'paparazzi' y en la distancia porque él vivía en Milán y ella en Roma. "La historia de amor más hermosa que jamás haya vivido", la definió Meloni en su libro. Todo cambió cuando la líder de Hermanos de Italia se convirtió en la primera mujer en encabezar un Ejecutivo en el país transalpino y las salidas de tono del periodista se convirtieron en un auténtico quebradero de cabeza.
En la publicación en las redes sociales en el que anunció el fin de su relación, Meloni lanzó también un mensaje directo a sus rivales políticos, a quienes han tratado de atacarla, según ella, utilizando su vida privada. "Todos aquellos que esperaban debilitarme golpeándome en casa deberían saber que por mucho que la gota espere perforar la piedra, la piedra sigue siendo piedra y la gota sólo es agua". Un mensaje que fue interpretado por algunos analistas como una advertencia a sus propios socios de Gobierno, la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia, el partido del desaparecido Silvio Berlusconi que ahora lidera Antonio Tajani, pero cuya financiación depende de los hijos del magnate, propietarios a su vez de Mediaset.